L
Falta el número que va después del cuarenta y nueve. Los físicos temen por la estabilidad atómica del estaño y los matemáticos proponen sustituirlo por el cuarenta y diez, quizá mitad de cien. Se dice que unos juntaletras lo han robado de las cuentas para convertirlo en personaje de cuento.
Tu inmenso ingenio lo demuestras con relatos como este. Tu prosa es clara, precisa. Tu forma de narrar sin rodeos me hipnotiza y tu originalidad me enamora.
ResponderEliminarVamos, que me encanta cómo escribes, Belén.
El título es otra muestra de tu maestría.
¡Bravo!
Pablo
Jo, gracias Pablo admirado escritorazo y amigo. Un beso grande.
Eliminar¡Bravo, Belén! El cincuenta, es desde luego, el personaje más importante de esta comunidad. O de este cuento. Porque, ¿estamos seguros de ser reales?
ResponderEliminarAbrazos y enhorabuenas.
Reales sí que somos, porque hay gente estupenda y generosa como tú. Besos!!
EliminarBelén, el pulso de tu cincuenta debe nacer de una fuente singular, que no sé soy yo quién para decir cómo será, pero debe tener su origen en el manantial inagotable de un ingenio único, que da luz a un mundo original tan brillante como este.
ResponderEliminarConocerte fue un regalo. Como lo es leerte. Un beso.
Suerte fue la mía por conocerte, Manuel. En cuanto a la fuente, es sólo mi deseo por homenajear a esta comunidad maravillosa. Besos y gracias!
ResponderEliminarEl Cincuenta ya tiene vida propia, nos motiva y nos encamina por senderos de la imaginación directo a su regazo. Original y bonito homenaje, Belén. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarMe temo que quienes se han apropiado de todos los cincuentas del mundo no van a querer soltarlos, no es para menos, son su mejor tesoro, aunque si se les conoce bien es fácil darse cuenta de que son generosos y les gusta compartirlos con todo el que quiera acercarse.
ResponderEliminarHermoso y original, Belén
Un abrazo
Belén, has unido en tu relato las ciencias y las letras para construir tus 50palabras. Me ha gustado mucho. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos apretados, amiga.
Genial, Belén, ese juego de números y letras.
ResponderEliminarUn beso y feliz aniversario.
Hola, Belén.
ResponderEliminarOriginalísimo texto el tuyo. La quintaesencia del cincuentismo. Del cincuentísimo. De la cincuentena. El cincuenta, esa L latina, es un número redondo, me atrevería a afirmar que cabalístico. Es tan redondo como tu micro. Enhorabuena, un beso y feliz todo para ti siempre.
Me temo que los juntaletras no lo piensan devolver. El personaje es un filón de grandes historias. Y se divierten imaginándolo en las más variadas situaciones.
ResponderEliminarQué micro tan ingenioso, Belén. Has sabido jugar con el número mágico de la página de un modo original, como siempre lo son tus letras.
Enhorabuena y besos.
Imaginativo relato.
ResponderEliminarYo creo que si ha desaparecido el cincuenta ha sido por las malas artes del cuarenta y nueve y del cincuenta y uno, siempre presentes y amenazadores.
Ya te han dicho y estoy a la una con los comentarios. Me ha encantado. Un beso.
ResponderEliminar¡Cuidado con los juntaletras, se atreven con todo!
ResponderEliminarGenialidad marca de la firma Belén S.
Enhorabuena.
Beso grande.
Malu.
Otra muestra más de tu talento, y elaborado trabajo, Belén. Y no digo más.
ResponderEliminarBesitos virtuales.
:) Buenísimo, Belén, este micro no solo es ingenioso, también evidencia tu maravilloso sentido del humor. Un beso grande y muchas felicidades.
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