La estrella fugaz
Pronto atravesará la noche marcando el fin o el principio de muchas ilusiones. Manos muy jóvenes se rozarán por primera vez, al influjo de su hechizo. Al verla, muchos celebrarán la ocasión y pedirán su deseo.
Y nadie sospechará que... ¡ay!, solo seremos carne y acero desvaneciéndose en la atmósfera.
Y nadie sospechará que... ¡ay!, solo seremos carne y acero desvaneciéndose en la atmósfera.
Georges, al leer tu relato, sobre todo tu frase final me ha llevado a dos interpretaciones. Tal vez el frío que estamos pasando estos días por aquí me ha afectado la mente. Te pido disculpas lo primero de todo.
ResponderEliminarEn principio haciendo caso al título y llevándome por él, pienso en una noche de verano contemplando el cielo y de repente surca el mismo una estrella fugaz, y todo lo que ello conlleva, tal como tu primer párrafo nos evoca. Y pienso al leer tu última frase que no somos nada, solo un deseo desvaneciéndose.
Ahora viene mi segunda interpretación, más audaz y tal vez más loca y todo debido a ese "¡ay!" de lamento incluido en tu frase final. Y si lo que nos cuentas es que alguien contempla desde la lejanía como un vehículo terrestre o aéreo se despeña o cae desde lo alto dando la sensación de ser "una estrella fugaz". Georges, de nuevo te pido disculpas.
Tu relato me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Mi estimado Javier. No te disculpes, soy yo quien debe hacerlo. Tu interpretación “loca” se corresponde a la idea que quería transmitir. El protagonista siente pudor de hablar de su muerte inminente, por eso, en la primera frase habla del fin de ilusiones sin decir que son las suyas y las de su tripulación.
EliminarNo puede contener el ¡Ay! , pero a continuación trata de disimularlo usando un verbo incorrecto, no se desvanecerá en la atmósfera, se desintegrará.
De haber usado el verbo adecuado, no me cabe duda de que hubieses interpretado mi idea de una nave espacial que ingresa a la atmósfera con un ángulo que la lleva a desintegrarse.
Es tan grande mi admiración por tu capacidad de interpretarlo todo acertadamente, que siempre he creído que, además de los textos, eres capaz de interpretar el pensamiento de quien escribe y en ello sigo creyendo.
Un gran abrazo, Javier.
Hola, Georges.
ResponderEliminarIlusiones, deseos, mayormente forjados por los jóvenes. Pero también en edades más avanzadas. Y, oh, el fatal cambio: carne y acero protésico (cada vez más humanos biónicos) engullidos por la alta atmósfera. Somos fugacidad, como la estrella. Buen texto. Y muy muy bien escrito. Enhorabuena. Y un abrazo grande.
Las ilusiones y los deseos son más necesarios que el pan. A cualquier edad.
EliminarTu interpretación de mi micro, no se corresponde a la idea que tuve en mente al escribirlo. La tuya es mucho más real y profunda y muestra el calado de tu pensamiento.
Gracias por tu comentario, Eduardo, Amigo.
Un abrazo grande para ti.
Gran relato, Georges, en el que desmontas con un texto magnífico lo imperceptible que somos ante el gran universo, y lo de pedir deseos cuando pasa una estrella fugaz. Yo he pedido más de un deseo y no se me ha cumplido ninguno, así que llevas razón. Pero es bonito pensar que hay algo de magia en una estrella fugaz.
ResponderEliminarAbrazo.
Pablo
Gracias por tu comentario, Pablo. Somos menos que una mota de polvo en el vasto universo, pero pensamos ser los amos y que todo está allí para nosotros, para proporcionarnos vistas maravillosas y hasta para hacer que se cumplan nuestros deseos.
EliminarCada vez que he visto estrellas fugaces he quedado fascinado por el espectáculo y nunca he atinado a pedir un deseo. Y tú no necesitas la magia de ninguna estrella, dispones de magia a raudales y no la escatimas mes a mes en tus relatos. Gracias por ello.
Un abrazo.
Un relato de alto voltaje, Georges. La faz poética, por sí misma, ya abre un campo de posibilidades al ensueño y a la interpretación de cada cual, pero cuando el aliento de la poesía desemboca en un lamento existencial, a uno se le viene la poderosa imagen de un río que en su desembocadura se hace mar y, por tanto, invoca al infinito.
ResponderEliminarEse fulgor destellando en el cielo nocturno es metáfora del devenir humano que se aventura al futuro, mientras aún perdura un bagaje de creencias y sueños amparados en una humanidad que no tenía ojos mirar tan lejos. La magia y los dioses de antaño son suplidos a velocidad de vértigo por tecnologías inteligentes y artilugios capaces de transportarnos a otros mundos.Nunca antes en otro tiempo, podríamos confundir una estrella con una cápsula espacial que se desintegra en su reentrada en la atmósfera.
En este contexto, alguien de carne y hueso que regresa de su viaje al espacio, se lamenta de su suerte y se mira en la fugacidad de la estrella para comprender su sino. Es hermoso y trágico al mismo tiempo. Si antes vi su faz poética, veo ahora también su lado místico. Grande, grande este relato. Y tan bello.
Un fuerte abrazo, Georges.
Es cierto que el micro puede abrir varias posibilidades a la interpretación, lo que habitualmente no sucede en mis relatos, en los que dejo muy poco espacio para que el lector juegue con su imaginación. Pero es evidente que el alto voltaje del que hablas está en tu muy lúcido, tu brillante comentario, Manuel. Has captado exactamente la esencia del micro, pero la riqueza de tu interpretación y la belleza con que la expones sobrepasa por años luz la calidad de mi texto y pone en evidencia la simplicidad de mi escritura.
EliminarAgradezco tu habitual generosidad para conmigo. Algún día, más tarde o más temprano, dejaré esta página, pero nunca olvidaré tus comentarios, los más bellos que he recibido desde que escribo. Entonces, trataré de olvidar que te pasas de exagerado –hasta para un andaluz– y me quedaré con la insensata ilusión de que tus elogios eran merecidos.
Un abrazo enorme, Manuel.
¡WOW!Georges, qué bonito. Mira que se ha escrito sobre las estrellas fugaces, pero este texto que nos dejas me parece maravilloso, lo tiene todo, historia redonda, sueños, deseos, amores, hechizos... y esa frase final que nos deja con la boca abierta, abierto incluso a varias interpretaciones. Yo me quedo con una un poco trágica, pero no por eso tiene que ser triste.
ResponderEliminarY por cierto, yo sí he pedido deseos a estrellas fugaces y siempre se han cumplido... será que soy muy romántica y poco ambiciosa pidiendo... ja, ja, ja...
Enhorabuena, gran cincuenta.
Malu.
¡Hola Malu! Qué emoción haberte provocado un ¡WOW! Y tú me has arrancado uno al enumerar todo lo que el micro contenía. ¡Y no me había dado cuenta! Jaja.
EliminarComo bien dices, la historia es trágica, porque en ella es necesario que algunas ilusiones mueran para que otras florezcan, lo que, a veces, suele darse en la vida real.
Yo nunca he pedido un deseo a una estrella fugaz. En primer lugar, por lelo, porque me quedo maravillado por el espectáculo y no me acuerdo de que tengo derecho a pedirlo, pero principalmente, porque soy de pedir demasiado.
También yo me considero un romántico. Pero de los ambiciosos. Ja, ja.
Gracias por tu generoso comentario, Malu.
Un beso.
Un deseo. Y una estrella no tan fugaz, que supongo será la causante de la extinción (una vez más) de la especie dominante. Carne y acero. Y el planeta...
ResponderEliminarDistintos modos de interpretar tu micro. Genial.
Saludos.
Tu interpretación es tan válida como mi idea al escribirlo. Y entre ambas, la diferencia es solo de cuantía. La tuya es apocalíptica, y yo me conformo con unos pocos tripulantes muertos.
EliminarGracias por tu comentario, María.
Un cordial saludo.
Ahí voy con mi interpretación: En la Tierra, algunas personas, en cumplimiento de una tradición no escrita, piden un deseo al ver pasar una estrella fugaz, con especial atención a una pareja, que nunca olvidarán su paso, asociado a su primer roce. Ese primer párrafo, lleno de poesía y tal vez magia es una luz de esperanza. Al final, vemos que se trataba de una nave espacial a la deriva con sus ocupantes, en inexorable viaje hacia su próximo final
ResponderEliminarA menudo las cosas no son lo que parecen, lo sublime es en realidad prosaico, pero si algo, cualquier cosa, hecho o circunstancia, logra extraer la ilusión de alguien, ya es positivo. Como nunca llueve a gusto de todos, en el otro lado están esos pobres astronautas.
Un relato muy interesante y lleno de buenos contrastes
Un abrazo
Tu interpretación coincide exactamente con mi idea al escribir el micro. Como bien dices, Ángel, el primer párrafo es una luz de esperanza, pero incluye, como al pasar, un anticipo: Para algunos será el fin de sus ilusiones.
EliminarY en el segundo tenemos que lo sublime puede ser solo un espejismo detrás del cual se esconde una tragedia. A pesar de ello puede generar ilusiones, aunque pareciera ser que están escasas y hay que sacárselas a unos para que otros puedan tenerlas.
Gracias por tu comentario, Ángel.
Un abrazo.
Georges, en el primer párrafo nos describes una escena romántica, de fantasías, deseos y estrellas fugaces, para descubrir en el segundo párrafo que no se trata de una estrella, que se trata de una nave espacial que regresa a la Tierra pero que se desintegra al entrar en contacto con la atmósfera.
ResponderEliminarDos situaciones contrapuestas para una misma luz fugaz.
Buen micro. Enhorabuena y suerte.
Besos.
En su paso fugaz por el cielo, la estrella definirá destinos. Para unos será puro gozo y el despertar a ilusiones, para otros quedará la angustia de saber que el futuro termina hoy. Es el devenir natural de la vida que aquí se concentra en unos segundos.
EliminarGracias por tu comentario, Pilar.
Besos
Complicado en una primera lectura, pero absolutamente perfecto en una segunda. Quizás acabe estrellándome, pero veo en tu relato dos realidades bien distintas produciéndose en el mismo y fugaz instante. La entrada trágica en la atmósfera de una nave espacial que se desintegra quemándose y produciendo un fulgor que, desde la superficie, observan dos jóvenes enamorados creyendo que se trata de una estrella fugaz, poniendo en ella todas sus esperanzas en forma de deseo. Principio y/o fin, dependiendo en que perspectiva de la realidad te encuentres. Fantástico micro, Georges, enhorabuena. Un beso grande.
ResponderEliminarNo te estrellas, Matrioska, lo has visto muy bien –aunque hayas que tenido que mirar dos veces– ja,ja. Es una historia de ilusiones que nacen y de otras que mueren como consecuencia de un mismo hecho, pero según de qué lado les pille la vida, lo que no es nada nuevo. Aquí los hechos se consuman en instantes y tienen la espectacularidad que les brinda la noche. En pleno día, habrían pasado inadvertidos, hubiese sido un drama sin contrapartida. Como suceden todos los días.
EliminarGracias por tu comentario.
Besos.
Le robo el comentario a Matriosa, y sin su permiso, perdón, hermosa.
ResponderEliminarPero, por dar más interés al asunto, y quizás no tenga nada que ver, decirte que casi me parece la muerte llevándose a alguien. Lo digo por lo de carne y acero, el acero es frío como la muerte. Bueno Georges, también tienes un comentario extravagante. Bicos.
Interesante comentario, Maite, y no me refiero al robado a la hermosa.
EliminarEl frío del acero tiene mucho que ver con la muerte, quizás por ello, inconscientemente utilicé esa palabra a pesar de que en la construcción de las naves espaciales se utilizan nuevos materiales y muy poco acero.
Gracias por tu comentario nada extravagante. Los que recibíamos en Extravaganzia, años ha, esos sí, que lo eran. Ja.ja.
Un gran bico.
Impacta tu relato, Georges, Al final todo se desvanece en el espacio.
ResponderEliminarSuerte y saludos.
No todo se desvanece en el espacio, María José, por lo menos no ahora. La ilusión de la joven pareja recién florece, qué sucederá después…el tiempo lo dirá.
EliminarGracias por tu comentario.
Mis más cordiales saludos.
Una nave se convierte en irónico placebo de emociones, suplantando a la romántica estrella fugaz. Muy bueno, Georges. Un abrazo.
ResponderEliminarQué bien lo has definido, Salvador, pero es un placebo de precio muy alto para los astronautas.
EliminarGracias por tu comentario. Me alegro que el micro te haya gustado.
Un abrazo.
He preferido no leer, por ahora, los comentarios precedentes y tu posible interpretación. No me hace falta para disfrutar de la sugerencias que emanan de tu texto. Y esa carne y ese acero desvaneciéndose... A ver si me animo con la ciencia ficción. Me ha gustado, Georges. Saludos y suerte. Y ahora sí, a leer los comentarios.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que siempre es mejor disfrutar los textos de acuerdo a nuestra propia interpretación, especialmente cuando las palabras más que decir, sugieren. En este caso, el haber utilizado “desvaneciéndose” en lugar de “desintegrándose” ha abierto el abanico de interpretaciones, aunque, como se lo dije a Javier, mi intención al cambiar el verbo era otra.
EliminarUn cordial saludo, Jesús.
Por un lado, la belleza de la estrella fugaz inaugura el amor de una pareja joven, que pide un deseo; por otro, la tripulación de la nave que regresa a la Tierra está a punto de perecer. El principio y el fin, el amor y la muerte, la fugacidad de la vida, la insignificancia del ser humano ante la inmensidad del Universo. Qué texto tan rico en matices y perspectivas, Georges.
ResponderEliminarMe ha encantado. Besos.
La riqueza está en la mente del lector que ve el texto a través del cristal de su sensibilidad. Un mismo hecho, un lugar, una mirada, un gesto pueden emocionar profundamente a alguien y dejar indiferente al resto.
EliminarEs tu sensibilidad la que le añade al texto los matices y perspectivas, frutos de tu riqueza interior.
Es un placer escribir para lectores como tú, Carmen.
Besos.
Creo que el brillo de esa estrella fugaz es el presagio de una catástrofe que acaba con el planeta y los sueños de sus moradores. Podría tratarse del impacto sobre la tierra de un gran meteorito metálico o algo similar. También se puede interpretar el micro desde otra mirada. Que a veces nos dejamos hechizar por cosas o incluso personas aparentemente muy atractivas, sin percatarnos de que su "brillo" oculta algo mucho más siniestro. Me ha gustado mucho, Georges. Un abrazo.
ResponderEliminarMe gustan tus interpretaciones. Ambas. Para mí, habituado a escribir micros “cuadrados”, es una satisfacción haber escrito algo más abierto y ver las distintas interpretaciones a las que da lugar, porque todas son perfectamente posibles, encajan en el texto y enriquecen el relato mucho más allá de mi idea al escribirlo.
EliminarMe alegra que te gustara y te agradezco los regalos que tu imaginación me ha aportado.
Un abrazo para ti, Juana.