La mascota de Hugo
Después de soplar las velas, aprovechó un descuido y se comió toda la tarta de mi cuarenta cumpleaños, la ha aplastado, ensuciando toda la mesa y parte del suelo.
El año pasado fue aún peor, tras pasarse toda la tarde ladrando, Hugo mordió en el cuello a mi última pareja.
El año pasado fue aún peor, tras pasarse toda la tarde ladrando, Hugo mordió en el cuello a mi última pareja.
Hay mascotas muy posesivas y celosas. En eso son casi como los humanos.
ResponderEliminarBuen relato, Encarna.
Hola, Encarna.
ResponderEliminarParece que se han vuelto las tornas y la mascota es el dueño o la dueña del perro. Pero, bueno, parece que va mejorando y adaptándose a las circunstancias, ahora hace trastadas y no se dedica, impelido por los celos, a morder cuellos ajenos. Un magnífico texto. Enhorabuena, un beso y feliz todo para ti siempre, aun con mascota.
Las mascotas como a los niños, hay que enseñarles. Un beso.
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