Venganza
Primero, acallar su absurda conciencia. Luego, desenmascarar a la justicia, que hace tiempo que dejó de ser ciega y equilibrada. Finalmente, cargar dos balas: una para cualquier dejo de misericordia y otra para el cretino que le quitó a su hijo, justo cuando estaba en lo mejor de la vida.
Hola, Silvina.
ResponderEliminarLa venganza: ese plato frío. Un sentimiento que tiene su protocolo, sus pasos que nos vas enumerando. Una conciencia que no dicta en el sentido que pretende tu protagonista, una justicia que deja mucho que desear y la pistola que va a materializar todo el encono hacia el que dio muerte a su hijo en la flor de la vida. Buen texto. Enhorabuena, un beso y feliz todo para ti siempre.
Gracias Eduardo por tu comentario. Ojalá que nunca debamos transitar los pasos del protagonista,que siempre prevalezcan la conciencia, la justicia y la misericordia. Un abrazo y felicidad para ti también.
EliminarLa misericordia y el perdón son grandes virtudes que exigen mucho de una persona. Habría que ponerse en el caso de tu protagonista para saber cómo actuaría cada uno. Quizá una de esas dos balas sea para él, cuya vida parece haber perdido todo el sentido tras la dolorosa e injusta pérdida.
ResponderEliminarUn saludo, Silvina
Hola Ángel! Coincido en tu apreciación sobre esas dos virtudes, nos exigen mucho, sobre todo en situaciones límites de este tipo. Acaso la conciencia sobreviva y pueda ayudarlo a corregir el rumbo en el último minuto... Gracias por comentar, un abrazo.
EliminarSiempre dudo, no sé si soluciona algo la venganza, pero creo que hay mudarse al lugar de cada uno para saberlo. Un beso.
ResponderEliminarYo estoy bastante convencida de que no soluciona nada, Maite. Ojalá todos podamos siempre encontrar mejores caminos. Otro beso para ti.
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