A la deriva en tronco firme
Buscaba figuras en los cielos para remediar los equívocos que había tenido. Rosas llegaban para su agonía y semillas para nacer. Entonces vio que ninguna nube guiaría sus ramas y pasó a consultarle al viento, nunca pensó que su tronco libraría tormentas, y sigue a la deriva, vieja pero florecida.
Todo un canto a la supervivencia coronado por un título brillante en su aparente contradicción.
ResponderEliminarSaludos
Gracias amigo, si pocas veces se florece en un tronco y mucho menos a la deriva. Saludos cordiales.
EliminarHola, Edwin.
ResponderEliminarCon un tronco firme se llega a puerto sí o sí. Esta planta lo va a conseguir al fin, vieja pero dando sus frutos. Y aun con un tronco robusto se está siempre a la deriva. No hay nada bajo el cielo que no lo esté. Un texto bellamente paradójico. Enhorabuena y un abrazo.
Gracias, es tan cierto que hay tanto a la deriva, que ni la propia tierra da firmeza, más que la mente humana que sigue firme.
EliminarMagistral título!!!!!!!!!!!!!! Saludos.
ResponderEliminarGracias mi querido amigo, muchos abrazos.
EliminarUna metáfora aplicada a hombres y mujeres que diariamente viven y sobreviven a las tormentas de la vida cotidiana. Sin embargo, es tan bello florecer. Felicitaciones, tu relato me deja un grato sentir.
ResponderEliminarSi amiga, que bello es florecer, me encanta tu comentario. Abrazos.
EliminarHermoso cómo cuentas tu historia, amigo Edwin. La belleza y el mensaje, siempre unidos en tus grandes obras. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Gracias María José, siempre muy generosa con tus comentarios, es impresionante que estos textos pequeñitos sirvan para llevar una gran carga de mensajes. Saludos cordiales.
EliminarLa belleza del texto es indudable. Con una hermosa alegoría nos hablas de lo duro que es sobrevivir en medios adversos y de la esperanza con que muchos seres se aferran a la vida.
ResponderEliminarFelicidades, Edwin. Un fuerte abrazo.