Con pecado consentido
Me decía que el pecado no existía. Ni el infierno y menos aún el cielo. Que sólo éramos polvo. Y cada noche, con sonrisa traviesa, se metía desnuda en mi cama y me susurraba al oído: "Polvo somos y polvos...".
Si su padre, mi querido hermano, llegara siquiera a sospecharlo...
Si su padre, mi querido hermano, llegara siquiera a sospecharlo...
Hola, María.
ResponderEliminarCaramba con la sobrinita. No sé donde leí que alguien la primera vez que descubrió el cielo fue pecando. Además se lo sabe montar: susurros, adoctrinamiento previo para relajar, sonrisa traviesa, Ingredientes irresistibles, desde luego. Y un poco poetisa, apuntando a Quevedo. ¿Polvos enamorados? Los padres nunca saben nada. Me encanta tu propuesta, es bien, digamos, traviesa.
Un beso inmenso.
Ja ja ja Un besazo Eduardo. Creo que los polvos de la niña eran más...terrenales.
EliminarUna filosofía como esa es difícil de rebatir. Equivocada o no, tu personaje tiene las cosas muy claras. Su amante, a la vez que pariente, no tanto, o quizá sí, pero vive con miedo a que lo que a ella le parece tan natural se descubra y a los demás no se lo parezca. Una relación cuestionable, pero ante la que poco hay que decir, cuando le acompaña el adjetivo consentida.
ResponderEliminarUn relato en el que las convenciones se rompen, para mantenerse en un tenso equilibrio.
Un saludo, María
Si no hay Dios, no hay pecado. O así lo resume ella, quizá para convencer al tío.
EliminarUn saludo Ángel.
Pues vaya con Lolita, yo la imagino como el personaje del libro del mismo título. Una muchacha sin miedo a los convencionalismos. No sé qué será del tío, le veo inseguro por una relación que de sobras sabe no puede acabar bien. Bien llevado el relato y muy creíble. Abrazos, María.
ResponderEliminarSupongo que se deja llevar.
EliminarAbrazos Carmen.
Esta nínfula parece recién salida de la pluma de Nabokov, provocando una tensión sexual en el adulto cercana al incesto. Y es pecado consentido, magnífico título.
ResponderEliminarBesos, María.
Gracias Carmen. Uf! Tengo el ego disparado.
EliminarBesos.
Me ha hecho mucha gracia, el juego que haces con la palabra "polvo", y cómo la aparentemente niña ingenua incita a "jugar con ella".
ResponderEliminarTe envió un cohete para que continúe disparándose tu ego, y sigas imaginando más historias.
Besito virtual, María.
¡Excelente!Juego de palabras y tensión sexual, parece una imagen de película.
ResponderEliminarUna Lolita.
ResponderEliminarUn beso.