Eres un gato observando el horror
"Que hable", dijo la jueza señalando al gato. No me acostumbro al humor en situaciones así. Aunque pareciera que aquel horror no le dejaba marca alguna, si de pronto hablara, veríamos que quizá sí estaba afectado. En realidad, ha visto lo que cualquier observador y, como todos, calla igual.
Hola, Javier.
ResponderEliminarLa justicia siempre en pos de lo imposible, de lo que está fuera de la realidad social o de la realidad de las cosas. Ese testigo y ese horror que ha contemplado que le deja mudo como cuando yo llamo hijo a mi hijo. El que calla otorga. Deberíamos revelarnos más a menudo. Un texto misterioso para darle a la materia gris. Buena propuesta. Un abrazo.
Sin duda, Eduardo, parece que no nos inmutamos viendo el horror cotidiano, a pesar de tener voz. Quizá el miedo nos deja callados, pero si no lo transmitimos lo haremos nuestro y hacer cotidiano el horror no creo que sea bueno. Un abrazo.
EliminarPues sí, calla, pero no lo hace como el gato, pues los humanos tienen la palabra. Un beso.
ResponderEliminarEso parece, Maite, los que podemos hablar solemos estar en silencio también, faltan voces, con todo lo que vemos... Gracias por tu comentario. Un beso!
EliminarUn muy interesante relato, tanto por su planteamiento como por lo bien que está contado. Me gusta mucho esta llamada de atención sobre uno de los peores males de nuestra sociedad.
ResponderEliminarEnhorabuena, Javier.
Saludos.
Muchas gracias, Enrique. No es fácil librarse del miedo. Al menos, que lo que veamos nos afecte, como síntoma de estar vivos. Un saludo!
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