La bestia
Como especie cautiva y con boca cerrada para no alertarlo, me hago la dormida y rezo en mi mente para que no pase otra vez.
Parece que Dios está sordo, pero yo no; cierro los ojos y escucho música de mi juventud para no sentir a la bestia sobre mí.
Hola, Selene.
ResponderEliminarLa bestia o el bestia, da igual. La pregunta que me surge es por qué lo soporta esa mujer, si la bestia es humana; la razón de unas relaciones no deseadas. O, yéndonos más lejos, lo mismo se trata de un visitante de alcoba. Sea físico o fantasmagórico. O la posesión por Satanás, el tema resulta aborrecible.Texto que da para pensar. Enhorabuena, un beso y feliz todo para ti siempre.
Es un relato misterioso y muy crudo. ¿Quién es este ser cautivo que ha de soportar los abusos? ¿Quién la bestia? ¿Y la relación entre ambos? Lo dejas abierto a la imaginación del lector y puede tratarse tanto de prostitución forzada, de maltrato hacia la mujer, como de un hecho fantástico y diabólico.
ResponderEliminarInteresante micro, Selene. Besos.