La desesperante espera
Subí al autobús, me acomodé en la parte central y apoyé mi cabeza en la fría ventanilla. En un banco de la gélida estación una madre esperaba melancólica mientras su pequeño perseguía un trozo de papel que arrastraba el viento.
Regresé a la estación varios días más tarde. Continuaban allí.
Regresé a la estación varios días más tarde. Continuaban allí.
Hola, Álvaro.
ResponderEliminarEl que espera desespera en efecto. Ese padre seguramente no iba a venir nunca. Un texto con final abierto ¿Por qué no había de volver? Los abandonó. Los engañó, diciéndoles que volvería. Se murió y no se enteraron. Un texto muy bueno. Enhorabuena y un abrazo.
Muchas gracias Eduardo, muy amable. No hay nada más desasosegante que una espera que no sabes cuánto durará.
EliminarExtraordinario micro-relato/micro-retrato de una espera en estado puro, eterna, doliente. Llega a mí como una plástica escena perfilada con pinceladas de palabras. Enhorabuena por tan sensacional trabajo.
ResponderEliminarUn atento saludo.
Hola Pascual. El nivel de redacción de tu comentario supera con creces al de mi relato... Muchas gracias.
EliminarLa eterna espera y la persecución de un sueño que nunca se realiza, perfectamente plasmado en ese trozo de papel, que arrastra el viento del deseo, nunca realizado.
ResponderEliminarEsperemos que algún día llegue Godot.
Suerte y saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMuchas gracias María Jesús. Mientras esperamos algo en la vida, ésta se nos escapa como el viento.
EliminarUn abrazo.
Muchas gracias a todos por vuestra lectura y amables comentarios.
ResponderEliminar