Pantallas
Joven desplomado en el sofá, de forma indolente, el fin de semana. Emoticono de serpentina festiva.
Jubilado en su sillón de orejas, con manta y zapatillas. Emoticono de dinámico bailarín.
Enferma grave aislada en la cama de un hospital. Emoticonos de risas.
Se divierten los androides con las soledades humanas.
Jubilado en su sillón de orejas, con manta y zapatillas. Emoticono de dinámico bailarín.
Enferma grave aislada en la cama de un hospital. Emoticonos de risas.
Se divierten los androides con las soledades humanas.
Carmen, un relato muy actual. La vida virtual nos permite dar la apariencia de una cosa distinta a la realidad. Como muy bien describes en los tres casos de tu relato. Tu frase final me gusta, aunque no sé si se divierten los móviles o son las personas las que ocultan su verdad.
ResponderEliminarLa pantallas son muy sufridas y pueden enmascarar todo y engañar a todos, incluso al propio usuario que se llegue a creer que en verdad vive esa vida virtual de mentira.
Muy buen relato, enhorabuena.
Muchos besos, Carmen.
Quienes se divierten son los androides, pues tal y como vivimos -más en lo virtual que en lo real- estamos abocados a la soledad absoluta. Cuando los androides o los robots se introduzcan en nuestras vidas, se van a reír de lo mal que gestionamos el tiempo y las relaciones sociales los humanos. Es solo una intuición que muchos compartimos y que espero que no se cumpla.
EliminarMuchas gracias por tus palabras y muchos besos, Javier.
Buen retrato de la soledad de la vida virtual.
ResponderEliminarSaludos
Tras las pantallas se camufla, en muchos casos, la soledad. Nuestros futuros compañeros se nos van a reír.
EliminarGracias por comentar, Santos. Un abrazo.
Carmen una buena muestra de nuestra sociedad actual, pendiente, como marionetas del manejo de los hilos por parte del mundo virtual. No sé qué nos espera en un futuro, espero que esto no acabe con nosotros, inmersos en vidas fátuas imaginarias. Muy bueno, bien trazada la trama. Besos.
ResponderEliminarLas vidas de los personajes que he elegido pueden representar las de cualquiera de nosotros. Hasta los androides que nos acompañen intercambiarán pantallas con sus burlas.
EliminarGracias por tu comentario, tocaya. Besos.
Hola, Carmen.
ResponderEliminarLa tiranía del pantallazo. La falsa virtualidad de lo virtual. La soledad, ese mal terrible que se propaga como una epidemia. Estamos a caballo entre dos mundos, y el moderno no ha eclosionado del todo, pero muestra sus siniestros perfiles. La máquina que sustituye al hombre y le engaña. El hombre prótesico: el hombre biónico. Y el colofón, los androides que hacen chanza de las soledades humanas. Un texto que invita a una reflexión profunda y multidisciplinar. Ese supuesto progreso que traen las máquinas y la red está reñido con la calidad de vida, empequeñece al hombre y le relega a eso, a la distorsión de su personalidad, que es básicamente, la de un hombre de las cavernas en las cuestiones básicas. Todo aquello que no es naturaleza es cultura, pero hay cultura que hace daño. Es ética (religiosidad aparte) lo que casi siempre al hombre le ha faltado. Dónde hay un Sócrates ahora, ese modelo de hombre hasta para morir. Qué androide se parece al filósofo de la mayéutica. Cuidado con lo que no es natural. Es un texto el tuyo muy hondo y de lectura amena, sin embargo. Es un gran texto. Mi más muy mayor enhorabuena y un beso lleno de cariño, amiga mía,
Qué bien lo expresas, Eduardo: la tiranía del pantallazo, los androides que hacen chanza de las soledades humanas, la nueva cultura que de nada nos servirá sin una ética que la sustente... Has exprimido las claves del micro y has profundizado en nuestro modelo de cultura, tan escaso de referentes. En definitiva, me ha encantado tu comentario, por lo que te estoy muy agradecida.
EliminarOtro beso de vuelta, amigo.
No podrías haber expresado mejor esa soledad que se disfraza de felicidad virtual, esa esclavitud de las redes sociales. No las veo como algo negativo si fomentan una comunicación con personas con las que de otra manera no podrías tener contacto. El peligro está cuando provoca que las personas se encierren y solo vean el mundo a través de ellas.
ResponderEliminarLa última frase es genial, soy una friki de Blade Runner y me ha encantado el guiño a la novela.
Un beso, Carmen.
Yo tampoco intento denigrar, con el micro, las redes sociales. Soy usuaria y sería hipócrita por mi parte. Depende del uso que hagamos de ellas. Lo que más me preocupa es la soledad tras las pantallas, la falta de comunicación presencial que parece ir creciendo a la par que aumenta la virtual. E imagino un futuro poco halagüeño en el que estemos rodeados de androides que compartan nuestras imágenes solitarias en las redes para hacer escarnio de nuestras pobres vidas. Me alegro que te haya recordado a Blade Runner. Que nunca lo veamos más que en la ficción.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Asun. Un beso.
Muy bueno tu micro, Carmen. Pero que sepas que sin nosotros los androides, ya no sabríais vivir.
ResponderEliminartambién reconozco que sin vosotros, los androides ya no sabríamos vivir.
jejeje!
Un fuerte abrazo, Carmen.
El androide.
Estimado androide Isidro, no podría vivir sin la red tejida por una amistad como la tuya, que comenzó de manera virtual pero que se hace presencial en cuanto hay ocasión.
EliminarUn abrazo de vuelta a través de la pantalla.
La androide -¿no suena demasiado masculino?- del otro lado.
Me parece muy original la forma en la que retratas la realidad física, comparándola con la virtual. A la perfección está descrita la sensación de soledad en todos los casos.
ResponderEliminarAmiga Carmen, ningún mes defraudas.
Un beso.
Pablo
De soledad habla el micro, Pablo -estamos más solos cuanto más conectados virtualmente en este mundo global-, y de un futuro quizá no muy lejano.
EliminarGracias por comentar. Un beso.
Dicen que a mal tiempo buena cara. También, por seguir con los refranes, más a colación aún con tus tres personajes, tenemos aquel otro que dice que la procesión va por dentro. El afán de aparentar, la cultura del disimulo, no es nueva, la forma de expresarlo sí. Parece que cuanto más conectados más solos, aunque tiene que parecer que hay alegría.
ResponderEliminarUn micro que profundiza en la realidad humana y que aprovecha muy bien, en su narración, los símbolos comunicativos de moda.
Un abrazo, Carmen
Esos símbolos comunicativos, los emoticonos, son el contrapunto, la mofa que hacen los androides de la soledad de estos personajes. También es cierto que los utilizamos nosotros mismos para enfatizar nuestros mensajes escritos o visuales y que en las pantallas mostramos nuestra mejor cara.
EliminarMuy agradecida por tus palabras, Ángel. Un fuerte abrazo.
De lo más actual recurrir a los emoticonos para reflejar los sentimientos de tus personajes. En el fondo, vamos a acabar reducidos a eso: a pálidos reflejos de seres humanos. ¡¡¡Qué horror de futuro!!! Yo es que no soy nada amante de lo virtual.
ResponderEliminarUn saludo y felicitaciones por tu micro
Pálidos reflejos, sí. Solos y rodeados de androides. Aunque si no fuera por esta revolución tecnológica, no tendríamos ocasión de narrar y comentar en páginas como esta. Aprovechemos sus ventajas y pongámonos en guardia ante la posible deshumanización.
EliminarGracias por tus palabras, Dakkotta. Un abrazo.
Estupendo el contraste entre la realidad de los personajes y la ficción de los emoticonos. Excelente retrato de nuestra sociedad actual, virtual hasta la extenuación.
ResponderEliminarSaludos
Me gusta que destaques ese contraste entre la realidad de los personajes y la burla que se hace de ellos con los emoticonos. Siempre se espera hacerse entender, aunque no siempre se logre.
EliminarMuchas gracias, Ernesto. Un abrazo.
Muy bueno este relato donde los androides definen la vida de cada uno a su manera... Lo haces de una forma irónica, pero es un tema para reflexionar seriamente. Felicidades y un abrazo, Carmen.
ResponderEliminarLos androides se nos burlan, Pepe. Son así de despiadados. Saben que los humanos estamos cada vez más solos y se rebelan con armas virtuales.
EliminarMuchas gracias y un fuerte abrazo.
Cuanto más conozco a los humanos más me quedo con mi androide, sobre todo si sueña con ovejas eléctricas. ¡Fenomenal e imaginativo relato Carmen!
ResponderEliminarJa, ja. Gracias por la mención a la novela de Dick. Soñemos con ovejas, merinas o eléctricas.
ResponderEliminarUn gran abrazo, Manuel.
Espeluznante el futuro deshumanizado que cuentas, Carmen. Aunque en realidad es el que estamos construyendo con tantas relaciones virtuales donde llamamos amigo a cualquiera a la primera de cambio, desvirtuando lo que es la amistad. Y todo porque estamos más solos que la una, y lo peor es que nos estamos ganando a pulso esa soledad, futura soledad de androides.
ResponderEliminarEmoticono alucinado
Cada vez más deshumanizados si no sabemos salir de las burbujas virtuales y vamos abandonando los lazos sociales y afectivos con las personas cercanas. Muy solos, Leny, hasta que se nos rían los androides.
EliminarEmoticono de inclinación como agradecimiento.
En tu microcuento nos presentas a tres personajes, los cuales, podrían ser ejemplos de casi todos nosotros, pues ya pocos se salvan de estos mundos virtuales en los que nos vamos hundiendo como los malos de algunas películas en las arenas movedizas.
ResponderEliminarAdemás de esos tres personajes, cada uno con su circunstancias, pero todos con una pantalla a mano donde, seguramente, está gran parte de su vidas, hay unos misteriosos androides capaces de burlarse de la estupidez y la inanidad de los humanos que los han creado, y esta sí que es una gran ironía, muy tratada, por cierto, en las películas de ciencia ficción.
Decía Stephen Hawking, poco más o menos, pues cito de memoria, que la inteligencia –y lo de que seamos inteligentes se puede poner en duda visto lo que hemos hecho y hacemos-, no significa que sea la mejor estrategia de supervivencia, puesto que seres tan simples como las bacterias llevan millones de años en nuestro planeta y, quizá, nosotros, con todas nuestras ínfulas y nuestro orgullo, vayamos a ser flor de un día.
Los peligros, desde luego, son cada vez son mayores, aunque también las posibilidades que nos ofrecen nuestros conocimientos, pero cuando uno ve como el presidente chino y el presidente ruso blindan sus mandatos, el uno a perpetuidad y el otro casi; cómo en USA, que aún son la primera potencia mundial, el presidente es... –no sé cómo definirlo, pues un tendría que añadir una retahíla de calificativos-, cuando ve que vuelven los radicalismos y que el mundo árabe en vez de avanzar retrocede, amén de las infinitas miserias del llamado Tercer Mundo, pues como que te tiembla el suelo bajo los pies.
Y luego estamos los ciudadanos corrientes y molientes, los que podemos considerarnos privilegiados -hasta cierto punto, visto el enorme porcentaje de nuestros congéneres que tienen vidas horribles-, y a la vez tan vulnerables, tan manipulables, tal solitarios, tan incapaces de pensar, como esos tres personajes tuyos en sus nimias circunstancias...
Y todo cambiando tan deprisa, y los niños metidos ya desde sus primeros años en esos mundos de oropel que dejan poca sustancia y tienen muchos peligros para quienes aún son proyectos de individuos…
En fin, colosales tareas, como siempre, las que tiene por delante la humanidad, ante las cuales sólo nos queda poner nuestro granito de arena, o nuestro átomo de hidrógeno.
Enhorabuena, Carmen, por este dedo en la llaga. Un abrazo.
Enrique, dibujas en tu comentario una amplia visión del panorama mundial, con sus peligrosos líderes, la involución de muchos países y el abandono al que está sometido el Tercer Mundo. Y, descendiendo ya a los individuos de nuestro entorno más próximo, aparece el tema central del micro, la soledad del ser humano en algunas de sus variantes. A pesar de vivir en un mundo interconectado globalmente, tras las pantallas virtuales se disfrazan, en muchas ocasiones personas solitarias: el joven sin perspectiva de futuro encerrado en su tedio, incapaz de socializarse, el jubilado que no ha aprendido a llenar su tiempo, la enferma solitaria en un hospital, sin un ser cercano que la ayude a pasar los momentos más duros.
EliminarLos emoticonos los añaden los androides con quienes parece que vamos a convivir en un futuro no muy lejano. Ellos se convertirán en nuestra compañía más cercana y se burlarán, tal vez con razón, de la pobreza de espíritu de estos animales "racionales" que somos.
Muchos granitos de arena o muchos átomos de hidrógeno hemos de poner entre todos para que este futuro tan desolador no se materialice.
Te agradezco tu prolijo comentario, que como siempre profundiza en el tema y le añade nuevas e interesantes perspectivas. Otro abrazo de vuelta.
Carmen, a través de las redes sociales todos mostramos nuestra mejor cara. Muchos se esconden tras un avatar para poder ser lo que no son y otros ocultan la soledad que les rodea. Además, lo que se lleva es el postureo y las falsas apariencias.
ResponderEliminarPero, deberíamos reflexionar sobre el uso que hacemos de las redes sociales. Unas veces nos acercan, como ha pasado entre nosotras- Otras nos aíslan cada vez más.
Muy buen relato, original en su forma de presentarlo. Te deseo mucha suerte.
Besos apretados, amiga.
En las redes sociales encontramos personas de todo tipo, como en la vida real, si bien son propicias al enmascaramiento de la propia personalidad. Nos comunicamos con avatares cuya verdadera identidad desconocemos. Algunos afortunados -como tú y yo, junto a otros cincuentistas- hemos podido desvirtualizarnos y estrechar lazos de amistad dentro y fuera de las redes. Si podemos compartir conversación y mantel, amén de esta loca afición por juntar palabras, no podemos descalificar por completo las ventajas que nos proporciona la nueva tecnología. El problema está en la soledad que se oculta tras las pantallas y en que en un futuro el mundo se llene de androides que imiten nuestra adicción a las pantallas para mofarse de nuestras pobres vidas.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, amiga. Besos de vuelta.
Has derrochado mucha imaginación en este relato para ofrecernos una realidad cotidiana existente en las redes.
ResponderEliminarEnhorabuena por el resultado obtenido.
Suerte, y un abrazo.
He intentado dar cuenta de la soledad humana que se oculta tras las pantallas a través de unos supuestos androides que hacen escarnio de ella.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, María Jesús. Besos.
Por desgracia, somos ya pelín androides y nuestras caras tienen mucho de falsos emoticonos.
ResponderEliminarYo creo que con tu micro pretendes que reflexionemos sobre ello y volvamos a ser más humanos.
¡Fantástico micro! ¡Enhorabuena!
Es cierto, Marco, nos estamos transformando en seres virtuales, cada vez más deshumanizados. No hemos de olvidar que intercambiar pantallas no es óbice para que nuestra vida real esté llena de estímulos y actividades satisfactorias.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
Nada más efectivo para reivindicar un mundo pleno de valores humanos que recurrir en tu micro a esas herramientas virtuales que lo están deshumanizando. Buen planteamiento para un excelente micro, Carmen.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias a ti, Maca, por tu interpretación. El mundo anda escaso de valores y recordarlo para aportar el esfuerzo individual y colectivo es una noble tarea.
ResponderEliminarUn abrazo.
Solo es cuestión de tiempo que nuestras vidas se conviertan en virtuales en manos de nuestros compañeros de evolución. Muy bueno, Carmen. Un abrazo.
ResponderEliminarTemo que lleguemos a tal extremo. Este micro es una expresión de ese miedo.
EliminarMuchas gracias, Salvador. Un abrazo.
Carmen, genial. No se puede decir más. Saludos desde Kampala. Antonio Ortuño Casas
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Antonio.
ResponderEliminarFeliz estancia en tan bello lugar. Un abrazo.
Carmen, qué "relato futurista" más original has escrito. Ojalá no lo veamos hecho realidad. En nuestras humanas manos está hacer lo imposible por evitar que algo así suceda.
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por tu micro.
Así es, Feli. En nuestras manos está mejorar este mundo en el que nos ha tocado vivir y evitar un futuro de soledad e incomunicación, a pesar de estar interconectados virtualmente.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Besos.
Sutil burla la de los androides que como dioses del Olimpo virtual, ajenos al sufrimiento humano y a sus padecimientos emocionales, etiquetan con emoticonos sus estados de ánimo.
ResponderEliminarEncuentro en tu relato un excelente reflejo de la soledad, de este mal que asola a las personas de este siglo, que paradójicamente es en el que las posibilidades de comunicación e intercomunicación se han desarrollado a escala global como en ningún otro. Somos carne de contradicción, qué especie. Si fuésemos pimienta sabríamos a azúcar.
Un original planteamiento para una profunda cuestión de fondo. Besos, Carmen.
Muy contradictorios somos, Manuel. Si la tecnología nos sobrepasa, estamos perdidos; interconectados, pero solos. Por eso se ríen de nosotros, con sus emoticonos, estos futuros androides.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Besos.
Una visión cruda y flemática, pero cien por cien auténtica, de la realidad artificiosa en la que vivimos. Muy buen relato, Carmen, enhorabuena. Besos, guapa.
ResponderEliminarLo virtual tiene muchísimas ventajas; qué duda cabe. Pero nos puede arrastrar a una vida artificial de soledad absoluta.
EliminarMuchas gracias, querida Matrioska. Besos.
Muy buen micro con ese matiz de crítica burlona de los androides hacia los humanos. La humanidad va camino de volverse esclavos de esos emoticonos, ellos serán los reyes del futuro a este paso. Un beso muy grande.
ResponderEliminarEnrique.
Cómo se nos van a burlar los androides con el lenguaje visual y simplificado de los emoticonos, si es que no inventan otro más esquemático todavía. Tendremos que seguir juntando cincuenta palabras, al menos, para luchar contra este probable futuro.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Enrique. Otro beso de vuelta.
Quizá se diviertan porque son incapaces de comprenderlas, en cualquier caso, me parece magnífico el contraste entre la perfecta simplicidad de un icono y la abrumadora complejidad de los estados emocionales reales. Hemos perdido matices en la comunicación a través de las pantallas; la voz sabe hablar por debajo de las palabras.
ResponderEliminarMe ha encantado, Carmen. Felicidades.
Un abrazo.
Y a mí me encanta que se aprecie esa complejidad emocional tras las palabras sencillas que describen las imágenes de las pantallas y los simples emoticonos que superponen los androides.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Antonio. Un abrazo.
Tal vez no tengamos que esperar al futuro para que las máquinas se diviertan con nuestra conducta. Me refiero a que la inteligencia de los aparatos, al igual que nos dice aquello de “Quizá quisiste decir…”, también se quede “atónita” ya con muchas de nuestras reacciones incoherentes.
ResponderEliminarClarividente relato, Carmen. Extraordinaria síntesis del absurdo en que cada vez estamos más envueltos, en la que curiosamente has empleado un solo verbo. Encuentro especialmente inspirada esa gran última frase, con ese plural tan poético al mencionar nuestra soledad.
Enhorabuena y un abrazo.
Tienes razón, Enrique. Quizá exista ya una inteligencia artificial jugando con nuestras actitudes y nuestras vidas, aunque nos resulte difícil aceptarlo. El hecho de que haya un solo verbo no ha sido premeditado; lo veo ahora porque tú lo señalas. Se me ocurre pensar que en las pantallas no hay verdadera vida y los únicos que actúan son los androides. En cuanto a la soledad, parece más profunda si la aislamos en la de cada individuo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu análisis tan detallado y tu felicitación. Un abrazo.