Safari
Siento tus manos eclosionarse con la lluvia, mientras acaricias mi pubis rasurado. Mis pechos se erizan al sentir tu virilidad cerca. Un grito ahogado disipa los animales, siendo yo más bestia que los mamíferos que se intentan fotografiar. No está siendo como imaginaba, siendo yo la cazada en este atardecer.
Hola, Cristina.
ResponderEliminarEl safari del erotismo. Ser cazada no es desde luego plato de buen gusto. O a lo mejor sí, depende. La cazadora cazada en ese atardecer. Ella no imaginaba así el safari, pero la realidad es sorprendente. Están muy conseguidas esas frases que caldean el ambiente. Me gusta tu propuesta. Un beso y feliz todo para ti siempre.
Muchísimas gracias Eduardo, el erotismo se encuentra en cualquier lugar, incluso la caza es erotismo y amor.
ResponderEliminarOriginal y sugerente relato, Cristina. No es demasiado habitual el registro erótico en la página, y se agradecen propuestas como la tuya, tan bien contada además.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.