Salta
Sabes, igual que yo, que hay mil razones para hacerlo. Que realmente no quieres convencerme a mí, sino a ti mismo. Soy la excusa. Como los anteriores. Llegaste a tu casa con la sensación de trabajo bien hecho, pero vacío por dentro.
Llorando, le acompaño en su salto al vacío.
Llorando, le acompaño en su salto al vacío.
Hola, Amelia.
ResponderEliminarUn texto muy interesante que habla sin duda de un suicida y, aventurándome quizá sin tino, me parece que su compañera es la muerte. Una muerte llorosa y hasta cierto punto compasiva. Me gusta tu propuesta. Un beso, y feliz todo para ti siempre.
Me gusta ese doble juego con el vacío. Es su vacío lo que le hace buscar ese vacío último.
ResponderEliminarTe deseo suerte y te envío un besito virtual, Amelia.