¡Silencio... y acción!
Al son de la lluvia azotando el alféizar de la ventana, contemplaba la escena como si fuera una película, y él, un ensimismado espectador absorto en la trama.
"Toma buena", pensó, al notar ese líquido pegajoso que se deslizaba desde la punta del cuchillo que aferraba en su mano diestra.
"Toma buena", pensó, al notar ese líquido pegajoso que se deslizaba desde la punta del cuchillo que aferraba en su mano diestra.
Hola, Rafael.
ResponderEliminarPues a mí desde luego que me has dejado silente, absolutamente mudo y hasta boquiabierto. Parece que se ha acuchillado y brota la sangre , claro. Como en una película pero de verdad. Una suerte de realismo trágico. O lo mismo ha apuñalado a alguien que está a su vera. La ficción y la realidad dándose la mano. En cualquier caso es un muy buen texto bien escrito además. Mi mayor enhorabuena y un abrazo.
Un hombre que ansiaba un papel protagonista y lo ha conseguido, pero a un precio demasiado alto, bien autolesionándose o, lo que es peor, infringiendo daño a algún inocente para satisfacer su ego.
ResponderEliminarUn personaje muy curioso, con un narcisismo dañino.
Un abrazo, Rafael
Director y protagonista de una película que ya no tiene vuelta a atrás. Muy bueno, Rafael. Un abrazo.
ResponderEliminarUn micro estupendo, Rafael. Como guionista, director y actor, tu protagonista contempla la escena muda en la que, junto a la voz, ha quitado la vida a su víctima. Me ha gustado mucho cómo lo has estructurado. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarPeligrosa paranoia la que parece sufrir tu personaje, en la que su afán de notoriedad lo ciega hasta el punto de deformar su concepción de la realidad. Así al menos lo he visto yo.
ResponderEliminarInteresante y profundo relato, muy bien planteado y mejor contado.
Enhorabuena, Rafa.
Un abrazo.