Volver a Buenos Aires
No podía dormir. El calor de Buenos Aires, los recuerdos y la soledad lo agobiaban.
Salió al balcón, prendió un cigarrillo y buscó su celular en el bolsillo. Escribió casi sin pensar: Estoy en la ciudad. Quiero verte. Respiró profundo y lloró.
Luego de tantos años, aún lo seguía extrañando.
Salió al balcón, prendió un cigarrillo y buscó su celular en el bolsillo. Escribió casi sin pensar: Estoy en la ciudad. Quiero verte. Respiró profundo y lloró.
Luego de tantos años, aún lo seguía extrañando.
Hola, Fautsto.
ResponderEliminarComo en el tango: Mi buenos Aires querido ciuando yo te vuelva a ver. La nostalgia es un mecanismo muy eficiente y poderoso. Echar de menos algo o a alguien. Pero como dice el poeta si volvieran ya no serían los mismos. Es lo que ocurre con encuentros mediado mucho tiempo, que igual no conoces ya a la persona. Buen texto. Un abrazo.
Hay sentimientos por los que no pasa el tiempo...
ResponderEliminarSaludos atemporales
Más que un aire, un vendaval nostálgico envuelve este texto, argentino en el fondo y en la forma (pero qué bien quedan esas palabras: "prender", "celular", "extrañar"... Si no eres de allá, lo has bordado).
ResponderEliminarMe gusta cómo has captado el espíritu de la nostalgia, Fausto.
Un saludo
Buenos Aires envuelve con su nostalgia a todos los que hemos pasado por ahí.
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