Anikuni kaunani
Ani’qu ne’chawu’nani’, An i’qu ne’chawu’nani’; Aw a’wa biqāna’kaye’na, Awa’wa biqāna’kaye’na; Iyahu’h ni’bithi’ti, Iyahu’h ni’bithi’ti...
La canción invade el espacio. Transforma el ruido de golpes de pelota y gritos infantiles en murmullos corales y pisadas ligeras para entrar a las aulas.
Solo se queda Wakanda, "la niña nueva", que solloza:
—Aniqunechaaawunaniii...
La canción invade el espacio. Transforma el ruido de golpes de pelota y gritos infantiles en murmullos corales y pisadas ligeras para entrar a las aulas.
Solo se queda Wakanda, "la niña nueva", que solloza:
—Aniqunechaaawunaniii...
Joder, Maite: lo que nos haces es un ragalazo. No tenía ni idea y, claro a la Wikipedia. Anikuni Kaunani, según ellos, es un canto tradicional amerindio. Un rezo asimilable al Padre nuestro. En España es considerada una nana, una canción de cuna a pesar de su letra: Padre, tenga piedad de mí, padre tenga piedad de mí; me estoy muriendo de sed, me estoy muriendo de sed; no hay nada, no hay que comer; no hay nada, no hay que comer. La parte tradicional iroquesa se canta después de una introducción: En las noches / cuando la Luna / como plata se eleva / y la selva ilunina / y también la pradera. Viejos lobos de la Tribu/cantarán al espíritu/al espíritu de fuego...
ResponderEliminarEstá claro que a Wakanda, la invade el pánico, el respeto que provoca el primer día de clase en un nuevo colegio; muriéndose de sed de conocimiento, teme no estar a la altura. Seguramente ese temor reverencial le hace sollozar, implorante: "Padre, tenga piedad de mí".
Mi más muy mayor enhorabuena, un beso y feliz todo para ti siempre.
Eduardo, gracias, me emociona el comentario tan completo y extenso, la curiosidad de saber que he escrito, es lo que más.
EliminarEl sollozo de la niña no es por una causa tan bella, es un poco más sencilla, no lo diré a ver si los compañeros la tienen en mente.
Gracias, otra vez, pienso que lo que me dices hace el relato más grande, y no creo que sea así. Un beso.
Preciosa la forma en que la canción se adueña del cincuenta y lo transforma en espacio sonoro. Luego, pequeña, minúscula, la soledad de la niña nueva implorando al poder invisible.
ResponderEliminarMayúsculo, Maite. Un beso.
Gracias, Manuel, he querido darle importancia a la canción, de la que tengo la versión gracias a nuestra compañera Olga, ya que la envió para mi nieta que pertenece a los scouts, ellos la cantan en los campamentos, ellos la cantan como homenaje a la naturaleza 8han cambiado la letra) en la que le dan gracias y piden que se cuide. Personalmente, es una canción que me relaja. Esta pequeña anécdota es para ti y para todos. Si no te molesta, un poco en especial para Eduardo, pues se ha informado mucho. Besos y gracias, Manuel.
EliminarEl primer día de colegio puede ser un auténtico trauma. Es un mundo nuevo impuesto de repente, al que esas personitas entrañables que con los niños necesitan adaptarse. Aunque terminan acostumbrándose y hasta se divertirán, sus lloros preludian una vida de trabajo que nunca les abandonará. La música, como bien reflejas, siempre es un bálsamo para los peores momentos.
ResponderEliminarUn saludo, Maite
Gracias, Ángel, pues claro que es así, y la música suele recordarnos lo más querido. Un beso.
EliminarHola, Maite. Estoy algo desentrenado con los comentarios, por lo que no me atrevo a dar una posible interpretación, que, además, creo que no hace falta para disfrutar de lo sugerente de tu texto. Y la canción (tras visitar al señor google) me parece preciosa. Me ha gustado. Enhorabuena. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarSi has disfrutado ya es muy importante para mi. Gracias, Jesús, y me gusta el comentario. Un beso, pronto nos vemos.
EliminarInteresante relato, por varias cosas, en especial por la canción que intertextuas, me creo varias sensaciones, desde la confusión inicial, al asombro y a la extrañeza de leer este escrito. Un saludo cordial.
ResponderEliminarGracias, Luis. Me comentas que te parece interesante, a pesar del asombro y la extrañeza, y te puedo decir que es un comentario que a mi me parece estupendo, pues podemos acercarnos y hablar sobre ello. No siempre se acierta al escribir algo, pues lo que llevamos en la cabeza es difícil de trasmitir al lector, así que "mea culpa", pero hay la posibilidad de que el escritor aprenda, así que me gustaría que me dijeses, con total libertad, en que he fallado. Siempre, siempre, de una crítica educada se aprende a mejorar. Gracias, por leer y comentar. Un beso.
EliminarUn relato muy original y entrañable.
ResponderEliminarFelicidades Maite.
Gracias, Antonio. Un beso.
EliminarHola, Maite: me has traído bonitos recuerdos. Esta canción la cantábamos en el colegio de pequeñas (no éramos scouts, así que sería cosa de "mis" monjas, que eran muy modernas). He tenido que leerla dos o tres veces hasta que he reconocido la letra y la melodía me ha llegado de golpe. La recuerdo como una melodía triste, aunque a mí particularmente me trae a la memoria sensaciones alegres: los juegos, el olor del patio del colegio, las risas... un poco lo que trasmite tu relato.
ResponderEliminarYo al igual que Wakanda fui nueva una vez con ocho años, y al igual que ella sentí la incertidumbre ante lo desconocido.
Muchas gracias por tu precioso relato me ha hecho sentirme plenamente identificada, tanto con los niños que cantan y juegan felizmente despreocupados como con la angustiada alumna nueva.
Saludos.
Gracias por el comentario tan bonito, me gusta la idea del que un recuerdo bonito haya resurgido con él. Un beso.
EliminarTodos somos Wakanda alguna vez, niños nuevos que se enfrentándose a un mundo hostil...estupenda metáfora de la vida!
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Paloma, la añoranza está muy presente ese día. Un beso.
EliminarQue soy Paloma, y no Ed.!!
ResponderEliminarUna canción, un mantra de protección para adentrarse en la vida y en el conocimiento. Original y sugerente, Maite. Un abrazo.
ResponderEliminarNo había pensado en un mantra, pero tienes razón, es como un mantra. Gracias, por leer y comentar. Un beso.
EliminarCuriosa e interesante propuesta, Maite. Muchas veces he pensado en "la primera vez", en distintos ámbitos, pero la de acudir a una escuela es, quizás por hacerse en edad muy temprana, la que más se recuerda en el tiempo. Muchas felicidades.
ResponderEliminar"la primera vez", sea de lo qué sea, es algo que siempre queda en el corazón. Gracias, por estar aquí. Un beso.
EliminarMuy bueno, Maite. Has conseguido meterme la canción en la sesera. Auguro que mi coco me estará dando el concierto el resto del día.
ResponderEliminarMucha suerte y que no falte un besito virtual
Ja,ja,ja, bueno la canción es realmente pegadiza y tiene un no sé qué de trasladarte. Gracias por comentar. Un beso también.
ResponderEliminarCreo que todos hemos vivido esa primera vez, ya sea en un colegio o en un nuevo trabajo. Muy original tu forma de contarlo.
ResponderEliminarPor cierto, creo que has batido el récord de W y K en un relato de cincuenta. 😊.
Enhorabuena.
Pablo
Gracias, Pablo. Y es la primera vez que he batido un record, he quedado sorprendida las letras no son de las fáciles.
EliminarUn beso.
Leídos todos los comentarios, parece que nadie se ha dado cuenta del nombre de la niña y la importancia que tiene en este relato, según mi criterio. Aunque parece que sí habéis buscado la canción.
ResponderEliminarWakanda: Nombre americano nativo que significa "la de poder mágico interno".
Es un relato soberbio. Digno de la mejor de las menciones. Y pese a que yo no elijo los ganadores, para mi este mes eres la ganadora.
Saludos.
Me has dejado tan pomposa´...no sé si volaré. También busqué con detalle el nombre para la niña, me alegra tanto vuestra atención. Gracias por leer con tanto detenimiento y comentar. Un beso.
EliminarY poco importa si gano o no, vuestros comentarios ya son un premio.
EliminarHas dado más vida a la canción de la que ya tenía. Es curioso, pero en estos días he puesto la canción a mis niños después del patio para que se relajaran, y lo conseguía. Me la has vuelto a recordar. Me encanta. No me ha hecho falta buscarla en gooogle (tu y yo sabemos porqué)
ResponderEliminarSignificativo también el nombre de la niña.
Me ha gustado mucho tu relato. Espero verte entre las primeras este mes. Muchos besos.
Gracias, Olga, ya es nuestra canción, y creo que me he chivado en una de mis respuestas el motivo de tenerla en mi poder. Un beso de Ana y otro mío.
EliminarMaite, un relato muy original y aunque no la parezca para mí lleno de sentimiento.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un beso.
Gracias, Javier. Me alegra que te llegase. Un beso.
ResponderEliminarCuántas cosas aprendemos en estas páginas. Al principio sorprendida. He visto esa escena de esa primera vez, ese miedo a ser aceptada, la magia de la canción en el aire. Me ha conmovido. Gracias... Sin duda un micro ganador. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Carmen. Sorprende pero luego te hace curiosear. Un beso.
ResponderEliminarHermoso y singular relato, Maite. Yo interpreto que lo que para el resto de alumnos es una estupenda manera de sentir la armonía del grupo, entre otras grandes cosas que proporciona la música, para ella es algo que la transporta a su tierra de origen, con todas las connotaciones familiares y emocionales que eso conlleva.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Muy acertado, Enrique. Gracias por leer y comentar.
ResponderEliminarLa primera vez de la niña nueva está llena de connotaciones emocionales, agudizadas por la canción del coro infantil.
ResponderEliminarUn micro con un hondo pesar, Maite. Mis disculpas por no haberte comentado con anterioridad. Besos.
Carmen, por favor, no te disculpes. A veces se puede comentar, otras no y no pasa nada. Gracias y un beso grande.
ResponderEliminarQué nivel Maribel!!, me encanta tu relato, menuda situación la de la pobre niña que, en ocasiones, de alguna manera u otra todos hemos sentido, el no estar a la altura. Enhorabuena! Un saludo!
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