Armas de mujer
Angustias, acompañada de Dolores, aumentaba la intensidad de su presencia a medida que Martirio se hacía notar. Daba igual que Esperanza suplicara Piedad, Constancia no entendía de Virtudes. Menos mal que Felicidad acompañó con Alegría la llegada de Sol: Consuelo anunció su nacimiento, justo después de Alba. La llamaron Paz.
Me ha gustado. Es Clara y tiene Gracia tu narración, Fernando.
ResponderEliminarIngenioso juego de palabras nominativo y divertido.
Un saludo.
Muchas gracias, Carmelo. Un abrazo.
EliminarUn sugerente título nos abre el hambre a un rico repertorio de nombres femeninos engarzados en una singular historia que alumbra el arma más prodigiosa que posee toda mujer: el poder de dar la vida.
ResponderEliminarRelumbrón de relato, Fernando. Un abrazo.
Siempre tan halagador, Manuel. Muchas gracias, un abrazo.
EliminarEntre tú y yo, voy a confesarte que cuando mi santa y yo estuvimos buscando nombres de niña para nuestra descendencia (aunque luego tuvimos -y tenemos- dos chicos) me dí cuenta de la variedad y belleza que puede encontrarse, algo que no se corresponde con los nombres de varón. Tu relato, tan bien hilado, no hace sino constatar este hecho. El título viene que ni pintado al caso, puesto que esas "armas de mujer" a las que alude, que son muchas y poderosas, comienzan desde el nombre.
ResponderEliminarUn abrazo, Fernando
Tienes razón, Ángel, hay mucha más variedad y originalidad de nombres femeninos que masculinos. Un abrazo, supercampeón.
EliminarMe encanta, me has recordado a Ismael Serrano con su "Ellas".
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, María. Ismael es un poeta de los grandes, yo... Me conformo con que te haya gustado.
EliminarUn besazo.
Me gusta el juego de palabras, es perfecto el título, y desde luego, a pesar de las armas, seguro que Paz será amada. Un beso.
ResponderEliminarAmor, Paz, Estrella, Luz, Felicidad... Todos los nombres bonitos son femeninos. Muchas gracias por tus palabras, Maite. Un beso.
EliminarCon los nombres y las armas de mujer, puedes escribir una novela "Rio" pasando de puntillas por todas las provincias de España, tomando las gracias de sus patronas al igual que un día, en nuestra piel de toro, una ardilla era capaz de cruzarla de rama en rama. Pero eso era antes!
ResponderEliminarMuy original relato, Sr da Casa. Mi más sincera felicitación y abrazo.
Jajaja, qué ocurrente, Isidro... Muchas gracias por tus palabras. ¡Nos vemos pronto! Un abrazo.
EliminarNombres de mujer que se engarzan en mágico y rítmico baile de vida. Originalísimo, Fernando. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Salvador. Un abrazo grande.
EliminarAparte del gran ingenio que muestras en la construcción de tan singular relato (cuyo argumento da para mucho y bueno que hablar), me gusta el que hayas dejado lo mejor para el final, con esa inigualable sensación de plenitud que transmite el último nombre.
ResponderEliminarEnhorabuena, Fernando.
Un abrazo.