Bienvenidos a mi mundo (Relatos desde el otro lado: Dios)
Es el cielo. No es un error. No hay ángeles jugando.
Desde mi trono divino, es divertido observaros dedicándome inútiles canciones de fe y devoción, mientras vais como corderos al matadero siguiendo vuestra particular política de la verdad.
Y aquí ya no hay nada que hacer, solo disfrutar del silencio.
Desde mi trono divino, es divertido observaros dedicándome inútiles canciones de fe y devoción, mientras vais como corderos al matadero siguiendo vuestra particular política de la verdad.
Y aquí ya no hay nada que hacer, solo disfrutar del silencio.
Hola, José Antonio.
ResponderEliminarEl cielo puede esperar. Un cielo así como el que dibujas, tan... tan insípido. Un Dios al que divierten las penalidades del ser que, teóricamente, creó a su imagen y semejanza. La nefanda política de la verdad. La verdad no existe, o es una colección de verdades ínfimas, casi despreciables en cabal aritmética. Disfrutar del silencio eterno, eso no es cosa mala. Si Dios existe, esperemos que tenga una buena disculpa. Buen texto. Un abrazo.
Eduardo, ya me pasó lo mismo en mi primer relato de la saga, no se si me gusta más mi texto o tu comentario.
EliminarGracias por tus palabras.
O sea, que al final no hay nada, sólo un dios que se divierte con lo que algunos creen y por lo que viven. Menos mal que yo soy polvo (y no sé cantar ni loar)
ResponderEliminarBuen micro.
Un saludo
Vete tu a saber Maria, supongo que ahí esta la gracia, que no lo sabemos.
EliminarUn saludo y gracias.
¡Relatazo, José Antonio! Esa imagen divina encaja con la que da la escritora Patricia Esteban Erlés en su novela Las madres negras. Si no la has leído, te la recomiendo porque te va a gustar. Intriga mágica y gótica demoledora alrededor de un Dios que no disfruta del silencio.
ResponderEliminarAbrazos.
Jejeje viniendo de ti me alegran mucho esas palabras. La novela no la conocía pero me la apunto y ya te diré cuando tenga tiempo para leerla.
EliminarMuchas gracias.
¡Hala, qué interesante; y vaya fomento de la participación! El problema es que a mí me gusta enrollarme, y eso de escribir algo tan corto... En mi blog incluyo algún relato. Por cierto, también va a los premios, pero en Solidaridad. Hablo de literatura, lengua, música, ciencia, viajes, discapacidades, denuncia de injusticias... En fin: si queréis verlo y votarlo, aquí anda.
ResponderEliminarTal vez algún día participe; cuando aprenda a condensar. ¡Ja, ja!
¡Suerte!
Ánimo, lo importante es intentarlo.
EliminarUn saludo.
El miedo a perder lo único de lo que tenemos constancia: la propia vida, conduce a los hombres a crear religiones, con sus dogmas, además de filosofías. Solo al final, llegado el caso, se verá si realmente había algo más, aparte de un Creador al otro lado, que parece haber ideado a esos seres a su semejanza para su propio divertimento.
ResponderEliminarUn relato imaginativo e interesante, ya desde el título.
Un saludo, José Antonio
Gracias por tu comentario Ángel, has desgranado muy bien el relato, los 2 piropos ya no eran necesarios ;-)
EliminarUn saludo
Dicen que la vida es una pequeña algarabía entre dos grandes silencios, el previo al nacimiento y el siguiente a la muerte. Demasiado corta para vivirla bajo dioses auto-impuestos.
ResponderEliminarMe parece muy interesante la saludable acidez con la que, desde distintas perspectivas, tratas el paso al otro mundo.
Me gusta mucho tu relato, Jose; valiente y bien escrito. Felicidades.
P.D: si Dios nos observa desde su trono celestial, estoy seguro de que no parará de exclamar: ¡Oh, yo mismo!, pero qué mal me han salido. Quizá con menos prisas, quizá en 8 días,...
Muy bien definida la vida por tu parte, quizá sólo sea eso, para encima amargarla con reglas y más reglas.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y una pena que se cogiera el dia de descanso, podría haber arreglado tantas cosas...
A veces pienso que más que descanso se ha dormido para siempre. Tengo una amiga que no somos más que un juego en manos de un niño. Un beso.
ResponderEliminarPosiblemente tenga razón tu amiga.
EliminarUn saludo y gracias Maite.
Jose Antonio, excelente relato con una visión del cielo en la que no es oro todo lo que reluce, o lo que algunos cuentan.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu forma de enfocarlo y el punto de vista.
Ya sabes que soy muy fan tuyo.
Un lujo se micro.
Saludos.
Pablo
Jajaja tengo un fan y todo, gracias por tus palabras y me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarUn saludo Pablo.