El misacantano
Tras descansar unas jornadas, prosigue su camino. El sol colorea sus mejillas pálidas e imberbes. Sin volver la vista avanza despreocupado, cantando alegre. Despreció las lágrimas de aquellas que, aun sin saberlo, atesoran su semilla. Atrás, en sus caras, asoma el desengaño. Juntas, recogen y afilan sus guadañas. Relucen. Sonríen.
Ya desde el título prometes una buena historia, y vaya si lo cumples! me ha gustado mucho, Jesús, ese modo de contarnos el discurrir de una venganza.
ResponderEliminarSaludos.
Ciertos actos no salen gratis, menos si son engañosos, menos si los engaños se cruzan con la pasión. Un buen casanova debe ser hábil en tomar la piel sin herir el corazón. Está claro que nuestro joven imberbe, si sobrevive, tiene mucho que aprender.
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato, Jesús.
Un abrazo.
Complejo y buen relato, tocayo.
ResponderEliminarMe uno a los comentarios de los compañeros.
Suerte y saludos.
Ninguna buena obra queda sin castigo. Lo aprenderá rápido .
ResponderEliminarBuen micro.
Saludos
Un personaje que aprovecha su condición de supuesto servidor de la sociedad para satisfacer sus egoístas inclinaciones. Se cree impune, pero a base de engaño y falta de consideración poco a poco ha ido sembrando el resentimiento y, al final, todo tiene consecuencias.
ResponderEliminarUn relato lleno de fuerza, en el que se anuncia una tragedia que no vemos consumarse, pero imaginamos.
Un abrazo, Jesús
Muchas gracias, Paloma, Antonio, María Jesús, lunanegra y Ángel por leer y por regalarme vuestras palabras amables. Saludos.
ResponderEliminarUn relato que termina el lector gracias a la escena que dejas a final.
ResponderEliminarMuy bien, Jesús.
Un abrazo.
Pablo
Jesús, me gusta tu estilo metafórico y lo bien que trabajas la elipsis en tus microrrelatos. Con cada nueva lectura, se hace más grande tu modo de escribir. Mi sincera enhorabuena.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias, Pablo y María José por leer y dejarme vuestros amables comentarios. Abrazos.
ResponderEliminarVa sembrando su semilla génica y de odio. La venganza se presume incierta pero punzante. Muy buen relato, Jesús. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por leer y comentar, Salvador. Saludos.
EliminarHola, Jesús, gran amigo.
ResponderEliminarObservo un cambio notorio en tu estilo literario. Creo que muy favorable. Es como más grácil, decantado, misterioso, poético. Misacantano, que es cura debutante, entiendo que hay que tomarlo en sentido metafórico. Tu protagonista es un joven todavía imberbe pero seductor precoz en los anchurosos territorios del amor, que muchas veces llama pronto a la puerta. El amor bien vale varias misas. Pero, hay amigo, todo tiene su vuelta de hoja. Su revés, el punto de giro del microcuento: el plato frío en que la venganza consiste (de ahí el "atrás" en el texto)se está cociendo y las campesinas han afilado las hoces, sintiéndose engañadas, y se disponen a darle su abrazo mortal a este protagonista tuyo, regocijado y sonriente, que huye tras sus inseminaciones; el amor es algo mucho más que eso. Pero el apetito por la carne torna débil la moral y vuelve laxa la conciencia incipiente. Un firme paso adelante en tu escritura, que se torna más sutil y pulida. El dominio de la elipsis, es acusado en el texto presente, de forma y manera que dejas al lector, este con razón, gozoso y entretenido, que complete la historia, el final de la peripecia. Un texto con final abierto pues que, desde el título hasta el cabo, merece mi más muy mayor enhorabuena. Un abrazo muy grande, príncipe del laúd.
Muchas gracias, Eduardo, por tus palabras y tu lectura. Un abrazo.
ResponderEliminarEste personaje libre y libertino y amante fecundo, según nos cuentas, tiene enjundia de Don Juan y deja al paso un rastro de conquistas vengativas que le pasarán factura. Sobre eros se proyecta Tanatos en las afiladas guadañas de las mozas.
ResponderEliminarUna historia firme con final abierto. Un abrazo, Jesús.
Desde el título hasta el final, me ha gustado mucho el final, se nota el arte. Poco más que decir, estoy de acuerdo también con todo lo qué te han comentado. Muy bueno, Jesús. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel y Maite por pasaros a leer y comentar. Saludos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Eduardo. Jesús, tu estilo cada vez es más poético y versado. Buen micro, enhorabuena.
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