Esto solo podía acabar mal
Estuve conduciendo hasta perder la carretera. Las lágrimas resbalaban incontroladamente. ¿Cómo había llegado todo a complicarse tanto? ¿Alguna vez tuve el control? Ahora, todo lo que fui se despedía de mí por el espejo retrovisor:
—Te lo dije, Donald —me susurré—. Esto solo podía acabar mal.
Apreté el gatillo. ¡Bang!
—Te lo dije, Donald —me susurré—. Esto solo podía acabar mal.
Apreté el gatillo. ¡Bang!
El relato ya es de por sí inquietante. Però que ademas se llame Donald es para preocuparse de verdad. Que su gatillo nos sea leve! Excelente, Raquel Abrazos.
ResponderEliminarJajaja has pillado el detalle del nombre. Ay Pepe si es que tú eres el más sarcástico del mundo grupo. Cómo no.
EliminarEn mi imaginación es su doble del espejo retrovisor el que le dispara,su otro yo... es una metáfora sobre cuando hay un punto de inflexión en tú vida que te transforma en otra persona, y la persona que antes eras se despide de ti para siempre, una escena un poco delirante... pero así es como yo lo veo. De locos.
Un abrazo amigo.
Me encanta como escribes, Raquel, porque tus historias me parecen muy cinematográficas y consigues que vea lo que cuentas en una gran pantalla.
ResponderEliminarMe encanta la frase: “Todo lo que perdí se despedía por el espejo retrovisor”.
Un estupendo relato.
Besos.
Pablo
Muchas gracias Pablo. Tú sí que escribes bonito.
EliminarUn abrazo.
Una huida hacia adelante y sin vuelta atrás, al menos, es lo que piensa y siente el protagonista, algo debe de haber hecho para creer que tras una acción suya todo se ha descontrolado y no tiene otra solución que quitarse la vida. Esta sería una posible interpretación, otra, la sugerida por el nombre del personaje, más inquietante aún, la que igualaría el hecho de apretar el gatillo al de presionar el famoso botón nuclear, no solo tendría consecuencias para él. Solo de pensarlo se ponen los pelos de punta y hacen que el título produzca un escalofrío.
ResponderEliminarUn relato de lo más interesante, sobre las acciones y las consecuencias, con más de una lectura.
Un abrazo, Raquel
Gracias Ángel :)
EliminarUn abrazo
También a mí me intriga el nombre del occiso, ¿Será el presidente de Norte América? O ¿Un simple ciudadano común y corriente? Cómo sea, es un final trágico ¿O justo? Me ha encantado, es genial.
ResponderEliminarEs solo una pequeña referencia... Muchas gracias Selene
EliminarUn saludo
Mirar por el retrovisor con el lamento de lo hecho puede llevarnos a no fijarnos bien en lo que viene de frente. Puede chocarse con nosotros e incluso, rompernos el retrovisor.
ResponderEliminarBuen relato Raquel.
Un abrazo.
Si hay que mirar al futuro pero hay "cagadas" tan antologícas que necesitan un pequeño momento de reflexión jejeje Y ese es el caso de mi prota No hay marcha atrás, ni salida hacia delante... solo un callejón sin salida
EliminarUn abrazo Antonio
Impactante, ese bang te deja sin más qué decir. Lo tenía muy claro. Un beso.
ResponderEliminarUn beso Maite
EliminarEntrar en una espiral de conscientes desatinos puede hacer que reniegue de ti hasta tu propia persona.
ResponderEliminarRompedor, Raquel.
Enhorabuena y un abrazo.