La mirada del pintor
La nube soñolienta escudriñaba el estanque mientras el nenúfar la seguía con la mirada.
—¿Y si nos intercambiamos elemento por un instante?
—¿Y si el instante tuviera el poder de volverse eterno? —le contestó la nube.
Los juncos de la orilla fueron testigos de la inmortalidad fugaz de aquella alianza.
—¿Y si nos intercambiamos elemento por un instante?
—¿Y si el instante tuviera el poder de volverse eterno? —le contestó la nube.
Los juncos de la orilla fueron testigos de la inmortalidad fugaz de aquella alianza.
Es sublime y poético. ¡Vaya! Ese pintor es afortunado, esa clase de alianza no se ve todos los días.
ResponderEliminarLa imaginación lo puede hacer y tus letras me lo dejan claro. ¡Me encantó!
Gracias Selene. Solo tienes que mirar los cuadros de Monet para que la imaginación vuele...
Eliminarun abrazo!
La retina de un pintor reflejando el espejo del cielo en la tierra con tres protagonistas que lo enmarcan.
ResponderEliminarUn gran relato, Macarena. Enhorabuena.
Un saludo.
Gracias por tu comentario, Antonio.
EliminarUn saludo
Me gustan las imágenes, que percibe el ojo de tu pintor para presentarnos este bello relato.
ResponderEliminarSuerte, Macarena.
Gracias, María Jesús. Me encanta contar cuadros...
EliminarUn saludo
Qué preciosidad de relato, Macarena. Me encanta cómo defines ese instante eterno. Y un título magnífico.
ResponderEliminarBesos.
Pablo
Gracias por tus palabras, Pablo. A mí me encanta que te encante.
EliminarUn abrazo.
Según iba leyendo, Monet aparecía en mi mente, una pasada y muy poético. Un beso.
ResponderEliminarObjetivo conseguido entonces! Me alegro de que lo hayas visto...
EliminarGracias, Maite. Un abrazo.