Los secretos
Acaba la noche y comienza la bravura a iluminar cada rincón, no hay besos oscuros ni caricias ocultas. Raquel revela todo. Los sueños están escapándose, son caricias de ventana, silencios de ayer, sábanas muertas. Ella creía en Edipo; su madre, en el suicidio. Entonces huyó con recuerdos de caricias muertas.
Del hilo de la vida cuelgan nuestros secretos y la noche los revela con la fuerza de esas imágenes tan poéticas que relatas. Hay un halo de tragedia inspirada en los mitos que aparece en el desenlace, aunque interpreto que ella ha conseguido escapar del destino de su madre.
ResponderEliminarPoético y complejo relato, amigo Edwin. Un abrazo.
Los secretos, los destinos, los desenlaces, los hielos que se hacen eternos y los escapes que vuelven al superfluo mundo de la ilusión, parecen liberar tormentos pero aunque la huida es un recurso ellos siguen por ahí ahí.
EliminarGracias por tu comentario amigo Manuel Bocanegra.
Muy complejo y poético, como dice Manuel. Los secretos lo son hasta que se cuentan, y ahí está el dolor, la protagonista parece que huyo como Edipo. Un beso.
ResponderEliminarAsí es, huyó, como si la huida fuera la salvación, como si escapar de la presión mediatica, curara el corazón. Quizá tambien la huida permita ganar el tiempo que logre curar aquel pasado de secretos revelados.
EliminarGracias por tu comentario amiga.
Edwin, me han gustado esos secretos que la bravura a iluminar cada rincón va desvelando, a la vez que desaparecen los sueños, escondidos tras la noche.
ResponderEliminarMuy poético.
Abrazos, Edwin.
Pablo
Es interesante, saber que a veces las bravuras, esconden algo, incluso sueños que no se dan, y otras heridas que siguen mordiendo, es ahí cuando ese clima de heridas vivas suelta todo por el viento.
EliminarSaludos cordiales amigo , muchas gracias por comentar.
Otro bello relato que tengo el gusto de leer, muy poético,bien elaborado, una felicitación.
ResponderEliminarMe gusta mucho que haya sido de tu agrado, la poesía nos hace tan felices que puede unir desastres con cosas bellas. Presentar ecatombes con ternuras y sacar arte inspirador.
EliminarGracias amigo, feliz con tus palabras.
Raquel parte llevando consigo oscuros secretos, marcados por un halo de desgracia íntima y tragedia griega.
ResponderEliminarHermoso y poético, Edwin. Un fuerte abrazo.
Como siempre lo tienes muy claro, me sigues leyendo, con interpretaciones exactas. El relato desnuda secretos que revelan tragedia, intimidades negras que atrofian los sueños, cuya única ventana de escape luego del suicidio es huir. Gracias mi querida y muy apreciada Carmen CAno Soldevila. Muchos abrazos.
EliminarLa noche suele ser, por su naturaleza oscura y recogida, refugio de actividades que a la luz del día serían inconfesables. El amanecer, por el contrario, es sinónimo de realidad y ésta, obstinada, acaba por poner las cosas en el lugar donde se supone deberían estar. En el caso de la madre del relato, la conciencia de haber cometido un hecho inenarrable le lleva a terminar con su vida. La otra parte, su hija, trata de rehacerse y escapar de todo aquello, pero aunque dicen que el tiempo todo lo cura, lleva impreso un recuerdo lacerante y un tanto culpable del que nunca podrá huir.
ResponderEliminarUn drama compartido que se cuenta con palabras bien escogidas para el lector, aunque nada podría suavizar los hechos para el personaje. Ando con demasiada prisa estos días y se me había pasado leer tu relato, pero me alegro de haberlo hecho.
Un abrazo, Edwin