Nada como un amigo
Descanso en este ataúd que me recoge; me queda, al menos, la añoranza de saber que te dejo en buenas manos. Pensaba que era un leal compañero, aunque cuando llegue de nuevo el caso, hazle saber que el veneno actúa mejor cuando uno está en las manos relajadas de Morfeo.
Vaya, qué fuerte el asunto y el cadáver para colmo no pide venganza. Un beso.
ResponderEliminarJesús, otro relato muy original. El muerto es un buen tipo, nada rencoroso y aconsejando para que la próxima víctima, si la hay, no sufra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
Muchas gracias por los comentarios. Me encanta lo de muerto amable y lo de poco vengativo.
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