Blanco y negro
Seducido por la cosa más dulce, se sumergió en el antiguo mundo del blanco y negro para escribirle una carta de amor.
Tan pronto terminó, se encontró extrañamente frustrado y melancólico, al recordar que ya no hay carteros.
Su mundo comenzó a llenarse de absurdos colores y frívolos mensajes instantáneos.
Tan pronto terminó, se encontró extrañamente frustrado y melancólico, al recordar que ya no hay carteros.
Su mundo comenzó a llenarse de absurdos colores y frívolos mensajes instantáneos.
Se ha perdido el bonito arte de escribir cartas. Y esa espera mirando el buzón ..
ResponderEliminarAhora todo tiene que ser instantáneo. Y aún así, llegas tarde.
Buen micro. Saludos.
Este relato tiene la cadencia de lo clásico, como las fotografías en blanco y negro, y un mensaje de melancolía ante el apabullante mundo tecnológico que invade nuestras vidas. Me ha hecho recordar lo mágico que tenía escribir cartas a ciertas personas.
ResponderEliminarLo has contado muy bonito.
Un beso.
Pablo
Gracias Pablo y María por sus comentarios. Un abrazo.
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