Insurrección fluvial
Antes los ríos fluían silenciosos y obedientes de la montaña al mar.
Hasta aquella primavera extraña en la que al Támesis le dio por liberar a todas las almas que, intencionadamente o no, habían ido a parar a su seno y darse un paseo afluentes arriba.
Estaba harto del mar.
Hasta aquella primavera extraña en la que al Támesis le dio por liberar a todas las almas que, intencionadamente o no, habían ido a parar a su seno y darse un paseo afluentes arriba.
Estaba harto del mar.
Au, me tienen enamorado tus historias y tu forma de narrar. Cada mes espero tus relatos y siempre merece la pena esperar. No podías elegir mejor escenario que el Támesis, con su neblina, para escribir un relato de fantasmas. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Pablo