La retratista
Se recreaba tanto en sí misma que se buscaba en todas partes. Y allá donde no había espejos, se pintaba de mil posturas, con mil colores. Mas su vanidad no era otra cosa que su afán por la perfección.
Y en su búsqueda, no le quedó más remedio que inventarla.
Y en su búsqueda, no le quedó más remedio que inventarla.
Si lo que buscaba era la perfección estética, hizo bien de inventársela para sí misma, pues tal perfección no existe ya que esta sometida a mil vaivenes de la historia y sus cánones, la filosofía, la moda (estadística), los intereses creados... y por supuesto, la subjetividad del artista y del no artista.
ResponderEliminarBuen relato, Maca. Molt maca la teva exposició (que dirían los catalanes)
Besos.