Musas para incrédulos
Sugeríamos oníricas historias, despertares, les hablábamos de temores, de dinosaurios...
Aquel día, nadie nos escuchaba. Sólo un escritor nos acogió pues necesitaba escribir una muy breve pero grande historia.
Antes de echarnos de su casa, Augusto ya había escrito un relato de dinosaurios.
Desde entonces, esperó a diario nuestra visita.
Aquel día, nadie nos escuchaba. Sólo un escritor nos acogió pues necesitaba escribir una muy breve pero grande historia.
Antes de echarnos de su casa, Augusto ya había escrito un relato de dinosaurios.
Desde entonces, esperó a diario nuestra visita.
Hablan las musas al oído de los escritores, pero solo los más grandes saben escucharlas. Con los sueños, despertares y dinosaurios escribió Augusto Monterroso el microrrelato más conocido de la historia de la literatura. Tal vez fue asi y, si no, está muy bien hallado, amigo Isidro.
ResponderEliminarUna idea originalísma y un bello homenaje. Besos.
Las musas! esas perfectas desconocidas por las que todos suspiramos y cuya mejor peculiaridad es que cada cual puede ponerle el nombre y el rostro que prefiera.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga Carmen. Tus comentarios y tus consejos literarios, me aportan tanto o más que las musas.
Un abrazaco.
Esperaré a ver si vienen. Buena idea.
ResponderEliminarUn beso.
Si yo también estoy esperando. Hay días que llega antes Godot que ellas. Pero ya no me enfado. ¡Qué vengan cuando quieran!
EliminarMuchas gracias, Maite.
Un beso.