Omnipresente
Con una cuchara de plata me desprendí de mi ojo izquierdo, luego tomé una daga de oro y me sangré mi brazo derecho y me amputé mi lengua. Toda la sangre recolectada en un pocillo del que di a beber a las ratas.
Ahora domino el mundo desde cualquier alcantarilla.
Ahora domino el mundo desde cualquier alcantarilla.
Muy bueno tu relato como para hacerlo guión y llevarlo al cine; aunque creo que es mejor no dar ideas.
ResponderEliminarMe ha gustado y he querido aportar mi pequeño comentario.
Saludos, Ricardo.
Muchas gracias por dar lectura.
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