Reconstrucción
Hoy he aspirado nuestro colchón a la máxima potencia.
He rescatado tus restos de piel muerta, tu esencia incrustada y los secretos que escondimos entre los muelles.
Solo falta mezclarlos con tus cenizas, para comprobar si es cierto que nunca abandonamos del todo aquellos lugares en los que hemos amado.
He rescatado tus restos de piel muerta, tu esencia incrustada y los secretos que escondimos entre los muelles.
Solo falta mezclarlos con tus cenizas, para comprobar si es cierto que nunca abandonamos del todo aquellos lugares en los que hemos amado.
Excelente la reconstrucción que has urdido en este bellísimo relato lleno de magia y sentimientos.
ResponderEliminarUna genialidad made Asun.
Un beso.
Pablo
Me has alegrado el día con tu comentario, Pablo. Viniendo de ti es doblemente halagador lo que dices de mi relato, por tu profunda sensibilidad como lector y como escritor.
EliminarUn beso, amigo.
Extraordinario relato, Asun. De lo mejor en mi opinión entre lo mucho y bueno que he leído en esta página.
ResponderEliminarFelicidades y un abrazo.
Muchas gracias, lector anónimo. Estoy feliz de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Partiendo del imposible abandono de los lugares que han sido testigos del amor, has construido este hermoso relato, Asun, aunque solo lo descubrimos al final. La idea de mezclar las cenizas con los restos impregnados en el colchón es genial. Yo creo que descubrirá que no podrá la persona amada no puede irse del todo, porque la lleva muy adentro, en el corazón.
ResponderEliminarBellísimo micro. Felicidades y besos.
Tu interpretación de mi relato es muy acertada, Carmen. Los sentimientos y las sensaciones tan intensas no pueden borrarse, seguro que permanecen impregnadas de algún modo en los lugares que habitamos.
EliminarUn beso y hasta muy pronto.
Qué bonito Asun, una oleada de tristeza se extiende por la casa, los objetos, la vida. El aroma del amado en los rincones, su presencia. Tanta belleza en tan pocas palabras. Un abrazo muy fuerte Asun.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu cariñoso comentario, Carmen.
EliminarUn abrazo.
Precioso relato, Asun. Felicidades.
ResponderEliminarGracias, María.
EliminarUn abrazo.
La materia, seguro, acabará abandonando este mundo, pero el recuerdo puede alargar la existencia en la memoria. Buenísimo, Asun. Un abrazo.
ResponderEliminarEl recuerdo de aquello que amamos siempre perdura, Salvador.
EliminarUn abrazo y gracias por comentar.
Bello y conmovedor micro. Es todo un placer leer textos como el tuyo, Asun.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo,
Nuria
Muchas gracias, Anónimo.
EliminarJo! Me has tocado la fibra.
ResponderEliminarUn saludo.
Cuánto me alegro de que te haya gustado, María. Un abrazo.
EliminarSiempre queda. Muy bello.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Maite. Un beso.
EliminarHas envuelto recuerdos y ausencia con una elegancia que se respira, Asun, y con el lazo invisible de esa frase final que atrapa.
ResponderEliminarLa verdad, no sé cómo se me ha podido pasar este relatazo. Enhorabuena.
Un abrazo.
Tú sí que eres elegante, Antonio. Todo un caballero de las palabras que disfruta de esta afición común, al margen de la vanidad. Espero que sigas compartiendo tus letras en cincuenta, dentro o fuera de concurso (eso es secundario, lo importante es seguir leyendo tus buenas letras).
EliminarUn beso y gracias.