Aire renovado
Con delicadeza extrema te retuerces y aproximas peligrosamente. Aspiro hondo. Aguardo a que mis pulmones se empapen de ti. Me dejo llevar, con esa desidia maravillosa del que no quiere oponer resistencia al infierno del placer.
Me despierta el ruido del ventilador sobre mi cama. Aire enredado en sueños lascivos.
Me despierta el ruido del ventilador sobre mi cama. Aire enredado en sueños lascivos.
María José - ¡ay! ¡ay! - esos sueños a que te refieres cuando la primavera todavía colea. Danzan con envidiable libertad entre el "infierno del placer" y el cielo del dolor de amar. Casi nada.
ResponderEliminarMenuda propuesta tan suculenta la que nos haces en sólo cincuenta palabras.
Un saludo muy cordial.
Muchas gracias, Carmelo. No sé ni cómo se me ocurrió abordar esta temática tan "cálida", ja, ja, ja. Me alegra saber que te ha gustado.
EliminarUn abrazo.
Hacer que el aire de un ventilador se convierta en pura belleza y sensualidad no es tarea fácil. Tú lo consigues con unas cuantas pinceladas, palabras manejadas con oficio, bajo el dictado de la sensibilidad de quien tiene un don natural para contar cualquier cosa imaginable de forma breve, hermosa y directa.
ResponderEliminarUn abrazo, María José
Hermosas palabras me dedicas siempre, querido amigo. Me siento halagada y, aunque me parecen un tanto inexactas, te las agradezco mucho. El don natural para contar cualquier cosa lo tienes tú, Ángel, a tus éxitos me remito...
EliminarUn gran abrazo.
Hola, María José, poeta, gran amiga mía.
ResponderEliminarUn texto el tuyo llenado de voluptuosidad por los cuatro rincones. El ejercicio del amor, si puede denominarse así, termina por cargar el ambiente, caldearlo en exceso; acaba por viciar el aire y tornarlo todo demasiado real y hasta previvible. De ahí que sea preciso que el aire se renueve a la par que los sueños lascivos: este es el cambio del microcuento. Todo él envuelto en esa maravillosa desidia y abandono al "infierno del placer". Ese encuentro , contraste entre el aire ardiente y el ventilador es todo un hallzgo positivísimo. Es un espléndido microrrelato en definitiva el que nos brindas, escrito de una forma extraordinaria, aquella que lucen todos tus escritos de uno u otro género, reina de la versatilidad. Mi más muy mayor enhorabuena y un beso muy grande que te llegue a Tu A Coruña querida.
Querido Eduardo, siempre me causan un asombro embelesado las palabras que me dedicas. En alguna ocasión te dije que los halagos me hacen sentir muy pequeña. Siempre he sido extremadamente tímida y, aunque ahora me atreva a retos nuevos, la esencia de la persona no desaparece con los años. Te agradezco el enorme cariño que me brindaste a mí, y a Jesús, desde el primer momento. Eres generoso y a mí me gustan las personas que lo son. Generoso en la Amistad, pero también en la Palabra. Eres un gran artista, poeta y microrrelatista como pocos. Quería plasmarlo aquí, públicamente, por si alguien tuviese alguna duda de tu valía.
EliminarBesos y abrazos.
Mucha sensualidad y delicadeza, me ha encantado. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias,Maite. Un abrazo grande.
ResponderEliminarHola, María José. Ya nos gustaría a muchos sentir ese aire renovado y vivificador acompañando nuestros sueños. Lo has expresado con palabras sugerentes en tu relato. Dan ganas de cantar "Aire, soy como el aire, pegado a ti...". Sin bromas, me ha gustado. Enhorabuena. Besos y suerte.
ResponderEliminarJa, ja, conozco esa canción, Jesús. Gracias por comentar.
ResponderEliminarBesos y suerte para ti, también.
Con delicadeza, tu relato parece moverse con las pausadas pasadas del ventilador. Ese infierno del placer se cuela por la espina dorsal de la lectura y remansa sobre la piel erizada de una madrugada de verano.
ResponderEliminarDa gusto leer este relato repleto de erotismo y sensibilidad. Felicidades, Mª José..
Un abrazo.
Muchas gracias, Antonio. Me encantan tus palabras. Eres poeta en todo lo que tocas...
EliminarUn abrazo grande para ti.
Un relato de una exquisitez manifiesta, Mª José, precioso y visible en cada momento. Como si la cámara de tus palabras fuera el único ojo visible que grabara todos sus sentimientos. Me ha gustado muchísimo. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti, Carmen, por tus preciosas palabras. Es maravilloso llegar a lectores tan sensibles como tú.
EliminarUn abrazo enorme, amiga.
¡Wow, María José! Empapados nos hallamos por tus palabras. Jjjjjjj. Muy buen micro.Y muy original. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Loli. En este tipo de temáticas tienes tú obras muy interesantes, lo recuerdo bien...
EliminarOtro gran abrazo para ti.
María José, nos has sorprendente con este nuevo registro. La sensualidad, el placer y los sueños lascivos. Que corra ese aire renovado.
ResponderEliminarFelicidades y besos.
Muchas gracias, Carmen. A mí me gusta ser versátil, huir de la monotonía. Me alegro mucho de que te haya gustado este giro sensual...
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Un juego voluptuoso y lascivo en el que el aire del relato sale renovado y el lector, apasionado.
ResponderEliminarHa subido la temperatura de mi habitación bastantes grados gracias a tus ¿refrescantes? letras. Esto y un abrazo, Mª José.
Ja, ja, ja, Manuel. No sabia que había lograr elevar la temperatura en el país. ¡A ver si voy a ser la culpable del calentamiento global!
ResponderEliminarMuchas gracias. Otro abrazo para ti.
¡Qué siesta más rica nos recreas Maria José ! Aunque no estuviéramos en Junio aunque fuera Febrero a mi me habrías trasladado con tu micro a una maravillosa y erotica tarde de verano en pleno mediterráneo Hasta la luz la he podido captar desde tus líneas.
ResponderEliminarYo es que por las noches ... ya pienso en mosquitos y en no poder dormir por el calor ... Y no tengo sueños húmedos Jajaja
Un abrazo grande
Raquel, dejar volar la imaginación creo que no se te da nada mal, ja, ja. El erotismo está en el Mediterráneo, pero también en el centro y en el norte... En todas partes, aunque no siempre haya que hacer uso de un ventilador.
ResponderEliminarGracias, futura mamá. Aprovecho para desearte lo mejor en tu nueva etapa vital. Abrazos.
Mariajo, has originado unanimidad en las reacciones de los comentaristas. Me apunto yo también a esa reacción y además añado el adjetivo divertido. Reconozco que también me divertido más aún, cierto comentario que a modo de incógnito le hace a su cónyuge y que esta también le responde aunque de forma más lacónica,como simplemente, conociendo ya la canción. jajaja! "Mancantao!" Buenísimo, Mariajo. Un abrazo.
ResponderEliminarJa, ja, ja, Isidro, de vez en cuando me gusta sorprender con otras facetas de mi personalidad... Lo que pretendía era eso que dices que te ha ocurrido: divertir. Y ya veo que lo he conseguido. ¡Qué gozada!
ResponderEliminarOtro abrazo grande para ti.
Micro tórrido y fresco a la vez. Un torrente a punto de desbordarse y el sosiego dulce de esa aire en contrapunto. El que inventó la siesta se merece un monumento y tú que la has adornado con maestría, también. Un abrazo María José.
ResponderEliminarMuchas gracias, Cristina. Sentir un poco de aire renovado es no solo atractivo, más bien habría que decir que muy necesario para todos...
ResponderEliminarOtro abrazo fuerte para ti.
La canícula, un cielo azul cuyo brillo hace daño a los ojos al mirarlo, las ventanas abiertas y el ventilador en marcha, mientras, el protagonista de tu microcuento se está echando la siesta tras haber comido un gazpacho, un pescadito a la plancha y una raja de melón, un suponer.
ResponderEliminarLa mente, inmersa en ese ambiente hedonista, con las imágenes de cuerpos que Fideas no hubiese dudado en contratar como modelos para hacer alguna de sus esculturas grabados en lo más hondo de las circunvoluciones cerebrales, genera imágenes en las que Afrodita reina sin oposición alguna, hace al mismo individuo que está soñando protagonista de la historia -algo realmente misterioso del mundo de los sueños-, y la felicidad erótica está servida, en ese universo no hay pecado, todo es inocente, no cabe dar explicaciones a nadie sobre lo que en él sucede, excepto al que quiera contárselo a su psicoanalista en el caso de que lo tenga.
Pero todo tiene su fin, que cantaban hace muchos años Los Módulos, también esa siesta, ese sopor lascivo, esas aventuras en las que quizá el sueño ha sido benevolente y nos ha concedido estar con la persona a la que deseamos sin que ella nos desee a nosotros.
¡Porca miseria!, exclamará nuestro protagonista al despertarse, con lo feliz que era y vuelvo a la realidad, aunque quizá tenga la suerte de que su realidad sea tan buena como en sus sueños.
Luego, mirará el ventilador y su reloj, quizá le toque volver al trabajo, o quizá pueda ir un rato a la playa a acopiar ‘material’ para futuros sueños lascivos, quizá sonría con picardía, en fin, habrá que dejarle en su circunstancia.
Muy buena historia, María José, sugestiva y evocadora del estío más placentero. Un abrazo.
Me encanta tu interpretación, sabio Enrique, como no podía ser menos. Mil gracias y un abrazo muy fuerte, amigo.
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