Crisis cervantina
―Boberías, Sancho, hoy la banca procura caudales.
"Lentejas, que es viernes... siete maravedíes".
―Solo el dispendioso no arriba a fin de mes.
"Saco de alfalfa... otro para el rucio... diez maravedíes".
―Vuesa merced, paréceme más bien que acabó la costumbre de confesarlo.
―Mañana carnero, apunta, Sancho.
―No alcanza, vuesa merced.
"Lentejas, que es viernes... siete maravedíes".
―Solo el dispendioso no arriba a fin de mes.
"Saco de alfalfa... otro para el rucio... diez maravedíes".
―Vuesa merced, paréceme más bien que acabó la costumbre de confesarlo.
―Mañana carnero, apunta, Sancho.
―No alcanza, vuesa merced.
Siempre en su mundo de fantasía.
ResponderEliminarAsí nos quieren.
(Me encanta el lenguaje cervantino)
Un saludo.
Por desgracia así es, muchas gracias por tu comentario. ¡Saludos!
EliminarHola, María.
ResponderEliminarEl titulo nos sitúa en la historia, en la peripecia, y eso es un primer acierto. Luego está el lenguaje de la época, impecable, muy conseguido. Y la crisis, de telón de fondo, que es de todo tiempo, que parece que no tuviera edad. Consigues un debut estupendo con este texto dialogado, cuando los diálogos son precisamente lo más difícil en literatura. De modo que mi más muy mayor enhorabuena, y feliz todo para ti siempre.
Un beso grande.
Muchas gracias, Eduardo, me ha emocionado mucho tu amable comentario. Siento no haber respondido antes, pero ando un poco escasa de tiempo. Un beso.
EliminarUn lenguaje (muy conseguido) y unas costumbres que podríamos calificar de otra época, pero pronto vemos que por el asunto a tratar no se quedan en el localismo ni en usos obsoletos, sino que encierran un contenido de plena actualidad. Llegar a fin de mes y la engañosa eficacia de los bancos no es algo exclusivo de estos tiempos.
ResponderEliminarUn relato interesante y con una buena dosis de crónica y crítica social.
Un saludo, María
Hola, Ángel. Siento la tardanza en mi respuesta. Gracias por tu comentario, como bien dices pretendía plasmar una realidad que es atemporal, pero con un toque de actualidad y además contada por Don Quijote y su manera fantasiosa de ver la vida y el contrapunto de Sancho con sus pies bien anclados al suelo. Y es un poco lo que nos sucede ahora mismo, hay personas que opinan que ya lo peor ha pasado, pero hay muchas familias con todos su miembros aún en el paro, trabajadores autónomos a los que el banco no da ni la hora y personas a las que un paquete de lentejas los alumbra una semana. ¿Y lo peor? No hay visos de que la cosa mejore, lástima que ya no esté de moda quejarse de la crisis, por lo menos cuando lo hacíamos muchos se sentían respaldados.
EliminarUn saludo,