Esperando la suerte
La vida es esa bola que nos atrapa siendo incapaz de soltarnos sin dejarnos ilesos. Mientras tanto, nosotros, eternos aspirantes a indemnizados, lanzamos ruletas de una fortuna que, cegada por dar el gran salto, solo roza las casas que mantienen puertas cerradas y techos sin abuhardillar.
Mañana jugaremos de nuevo.
Mañana jugaremos de nuevo.
Malu, la esperanza es lo único que nos mantiene. Confiando en un futuro mejor. Algunos se agarran a ella como una loteria, que, como tú bien dices, solo da la suerte algunos pocos agraciados. Y mientra la mayoría vive con lo puesto, otros gozan de un exceso que ni siquiera saben como bien usar. Me gusta el tema que has tratado, como siempre, acertado. Muchos besitos.
ResponderEliminarMil gracias, Carmen, agarrarse a la vida es siempre la mejor opción, sin duda.
EliminarSiempre esperamos lo mejor de ella, pero a veces arriesgamos poco y nos quedamos esperando a que pase algo sin atrevernos a abrir la puerta.
Un beso, gracias por pasar.
Malu.
Yo encontré la suerte cuando te conocí. :-).
ResponderEliminarUna maravilla, Malu. Nadie describe los sentimientos como tú. Sobre todo, porque sientes lo que escribes, y encima, lo haces bonito. Me encanta cada palabra que has usado para definir esa sensación del que espera un golpe de suerte, pero, sobre todo, esos últimos renglones: "lanzamos ruletas de una fortuna que, cegada por dar el gran salto, solo roza las casas que mantienen puertas cerradas y techos sin abuhardillar."
Me quedo sin palabras cada vez que te leo. y haces que sienta, que mi corazón me de un pellizco. Siempre lo consigues.
Besote.
Pablo
La suerte es mía por leerte y porque me lees. Siempre digo que la suerte hay que buscarla y estar abiertos a todo lo que nos pueda pasar. Con actitud positiva se llega hasta donde nos propongamos y más allá.
EliminarUn beso, Pablo. Gracias por sentir ese pellizco en el corazón con estas humildes letras. Eso para mí es una gran suerte.
Malu.
Abramos la puerta y echemos abajo los tejados, querida Malu. Que entre la luz y que ilumine todos los rincones, incluso ese en el que el croupier sigue lanzando la bola, esperando el día en que nos atrevamos a recogerla y a guardarla en el bolsillo.
ResponderEliminar¡Precioso!
Bingo para Miss Richmond. Ojalá cada ser lleno de vida llevara esa bola en su bolsillo. ¡Por muchas vidas llenas de luz siempre!
EliminarBeso grande, gracias Rich.
Malu.
Hola, Malu.
ResponderEliminarLa suerte es poder leerte a ti. El destino suele ser esquivo en fortuna justo para quien más la necesita. Me encanta el título, tan abierto. Ese aforismo de la primera frase, tan sumamente atinado. Realmente somos poca cosa, arrojados a la existencia, es decir, no consultados sobre si queríamos o no venir a este valle de penurias, que es la vida las más de las veces, ahí estamos luchando hasta contra nosotros mismos en busca de ese golpe del azar que nos indemnice de semejante atropello. Y jugamos y perdemos, pero como la esperanza es lo último que se pierde (aseguran, de seguro los que todo lo tienen menos la felicidad, que no es de aquí), pues volvemos a jugar, una y otra vez, mañana, pasado, hasta que nos veamos relegados, como diría el poeta, a darle cal al silencio.
Mi más muy mayor enhorabuena.
Un beso grande.
De la vida nadie sale indemne, pensar lo contrario supone engañarse y no hacerlo es un tanto inconsciente. La existencia, ese don en el que nos desenvolvemos, tiene fecha de caducidad, aunque no sepamos cuál es, con un final muy concreto, del que nadie nos indemnizará. Solo podemos intentar echar las cartas con buen criterio y esperar a que el azar, el destino, la suerte o vaya usted a saber qué, sea benévolo durante ese tiempo efímero que nos corresponde.
ResponderEliminarEste mensaje que subyace en tu relato se puede contar de muchas maneras, pero tú no te conformas con hacerlo de cualquier forma, sino que buscas y consigues la excelencia con frases muy trabajadas, a base de piezas sensibles que forman un puzzle de prosa poética.
Abrazos grandes, Malu
Hay, sí en tu relato, un canto reflexivo ante la suerte, pero también capto una reivindicación subyacente y crítica a la vez. Creo que el mensaje trata de hacernos despertar de nuestro manifiesto encono en triunfar a toda costa y tener de todo, mientras a nuestro lado hay otras muchas personas que ni siquiera gozan de lo básico. Esas casas de puertas cerradas y techos sin abuhardillar son una referencia (para mí) a aquellos que viven de espaldas al bienestar social y económico.
ResponderEliminarSi es así, estoy contigo en que estamos cegados por triunfar. Nada nos basta. La solidaridad, ese bien que es fruto de la empatía y la compasión, ha desaparecido del diccionario básico del vivir en sociedad. Hoy prima un mensaje mucho más simplista y reaccionario: sálvate tú, aunque se ahoguen todos los demás.
Tu compromiso siempre queda patente. Escribir es algo más que contar una simple historia. Es apostar por cambiar el mundo. Casi ná. Un relato lleno de valor y escritura preciosista.
Un besazo, hada Malu. A sus pies.
Malu, he leído tu precioso micro varias veces seguidas. Porque es muy grato de leer y porque no acababa de dar con mi propia interpretación del mismo. Esto último ya es limitación mía.
ResponderEliminarVivir, ¿se escribe para vivir?, más bien se escribe sobre la vida, desde el misterio que ella plantea. Desde luego para regustarla.
Sí, la vida es un juego y el símil de la ruleta es certero: un juego de azar, más que nada la vida depende de la suerte. Unos sí y otros no; hoy no, pero quién sabe mañana...
Vivir, pues, con la ilusión (aquí me remito a tu frase final, tan poderosa) de quienes esperan poder hacerlo tb. mañana. Lo llamamos esperanza, un juego de la mente juguetona, una suposición optimista.
Me ha gustado, Malu, y aprovecho para mandarte un abrazo.
La vida tiene mucho de espera en multitud de sus aspectos, de hecho, con respecto a lo más importante no podemos hacer otra cosa que esperar, eso sí, después de haber comprado los boletos pertinentes, pues algunos, como en el chiste, quieren que les toque la lotería sin jugar.
ResponderEliminarInicias tu microcuento con una imagen de esos sorteos donde salen bolas de un bombo, la vida, la de cada uno de nosotros, es una de esas bolas, y como las bolas ruedan, pues nos vamos dando golpes aquí y allá, nadie sale ileso, en efecto, nadie sale impoluto, las salpicaduras de la vida nos ensucian a todos.
Así que puesta en movimiento esa bola, que sólo se detendrá con la muerte, esperamos que se cumplan algunos de nuestros deseos, algunos de nuestros sueños, lo dices de forma muy inteligente y poética: somos unos eternos aspirantes a indemnizados.
Luego, sigues con esas imágenes sacadas del mundo de los juegos –bombos, bolas, ruletas...-, de esos que podemos ver en algunos programas de televisión, sobre los que tú, de forma reflexiva, has sacado unas cuantas imágenes sobre nuestro destino siempre incierto, siempre frágil, siempre esperanzado, siempre soñador, a pesar de que, tantas veces, esos sueños se destrocen como una barca que se estrella contra las rocas de la realidad. Y pasamos de largo, con una sentimiento de decepción ante esas misteriosas casas que mantienen sus puertas cerradas y sus techos sin abuhardillar con las que concluyes tu microcuento y en la que yo he querido ver El castillo de Kafka, cosas mías.
Y, por supuesto, mañana jugaremos de nuevo, mañana miráremos caer esas bolas, girar esas ruletas con la ilusión de que alguna vez salga nuestro número, pero también, tras leer tu genial microcuento, habrá que reflexionar sobre todos esos aspectos de nuestras vidas, y tratar de comprender hasta qué punto somos necios e irresponsables, entre otros muchos defectos de mayor calado, por perseguir algo así como el rayo de luna becqueriano.
Un abrazo, Malu.
Precioso y nos da para pensar. Un beso.
ResponderEliminarPasar ilesos por la vida es pura ingenuidad, la fortuna nos depara golpes de los que quisiéramos ser indemnizados. Por ello confiamos en la suerte que creemos merecer y seguimos jugando, sin reparar en aquellos que viven tras las puertas cerradas a toda Ventura, a quienes la suerte apenas los roza.
ResponderEliminarPrecioso, reflexivo y poético micro, Malu. Besos.
ventura*
ResponderEliminarEs un precioso canto a la esperanza. Si fuera un cuadro, estaría realizado con técnica cubista, con puntiagudas imágenes dispuestas a clavarse en el corazón o en el ojo del espectador.
ResponderEliminarPor cierto, eso de "bola que atrapa", me suena. jejeje!
Un besazo, Malu.
También atrapa, y de qué manera, tu reflexión sobre la vida; esa ola rompiente que a diario nos revuelve entre la arena de la misma orilla. Sobre un precioso texto, nos dejas casi un lamento por nuestra vulnerabilidad ante esa gran jugadora. Yo creo que no podemos evitar jugar con ella, pero sí elegir el tipo de juego.
ResponderEliminarEspectacular, Malu.
Un besazo.
Menudo tema has tocado. Seguramente la suerte más determinante la marquen las circunstancias que hallamos al nacer, algo para mí suficiente para considerar como tremendamente injusta aquella frase que dice que cada cual tiene la suerte que merece. En cualquier caso luego está esa otra, más o menos buscada, que podemos encontrar a lo largo de nuestras vidas y que acostumbra a favorecer a los que menos la necesitan, si bien en muchos casos es una esperanza que, aunque ciega, al menos ayuda a sobrevivir.
ResponderEliminarProfundas y sensibles como siempre tus reflexiones, querida Malu.
Enhorabuena y gracias por hacernos recapacitar sobre algo tan importante.
Un beso fuerte.
Pues a veces hemos de atrevernos a saltar en esta vida, no?, y así salir de esa bola que para algunos no depara nada bueno. Y si no pueden, a ver si los ayudamos un poco.
ResponderEliminarUn beso Malu,
Carme.
Hola Malu, qué bonito lo haces con pocas palabras, más bonito entonces si cabe. Me encannnta
ResponderEliminar