Game over
Primero decretó el ajusticiamiento de sus hijos, hermanos y sobrinos. Después ordenó que todos sus bienes pasaran a manos del pueblo. Como colofón, que cortasen su propia cabeza.
Las creencias de su consejero, un viejo republicano infiltrado en la corte, habían calado profundamente en el último rey sobre la tierra.
Las creencias de su consejero, un viejo republicano infiltrado en la corte, habían calado profundamente en el último rey sobre la tierra.
Un poco ciego este rey, no? Quizá con que hubieran dejado votar al pueblo no hacía falta tanta truculencia. Al final... !Viva la República! Abrazos, Rafa.
ResponderEliminarSi conveníamos en que la ceguera era producida por la codicia y la ambición desmesurada, este rey parece haber visto claro por primera vez. Radical el hombre. Bravo, Rafa, a ver si tus palabras tienen poder sobre la realidad, pero que sea de forma incruenta.
ResponderEliminar¡El rey ha muerto! ¡Viva el...! Ah, no, que no quedan más.
ResponderEliminarUn poco drástico el monarca (sí con cargarse al consejero...)
Por un momento me vi echando una partida de ajedrez con la Reina de Corazones.
Un saludo, Rafa.
M.G.
Qué sarcástico, Rafa, y qué ceguera la del rey. Un consejero republicano en la corte es perjudicial para la salud, aunque el pueblo quizá celebre la llegada de la República.
ResponderEliminarOriginal y divertido. Un fuerte abrazo.
Hola, Rafa.
ResponderEliminarEl desconvencimiento de este monarca va in crescendo en una peripecia sorprendente, tan propia de los microrrelatos si no esencial. Los consejeros, los antiguos validos, hay que ver el eso decisivo, definitivo que tienen. Los reyes casi ni en la baraja. La justicia por la propia mano. El último párrafo de tu texto es lapidario. Así sea, aunque sin derramamiento de otra sangre que no fuera la suya, o por vía democrática, comicios populares.
Mi más muy mayor enhorabuena y un abrazo fuerte
Hay que tener cuidado de por quién te rodeas...corres el riesgo de verte envuelto en sus truculentos planes...Un abrazo, Rafa
ResponderEliminarMenudo consejero-hechicero-republicano más maravilloso te has marcado Rafa. Qué poder de convicción. Solo puedo aplaudir tu relato y gritar : ¡larga vida a la república !
ResponderEliminarUn abrazo
Eso es un consejero profesional y lo demás es cuento.
ResponderEliminarSi tras aquello se quedó sin trabajo, habría que proponerle y recomendarle a alguna otra "casa de níveo color" para que aconseje a su gran mandatario.
Buen relato, Rafa. Un abrazo.
Muy bueno y con el humor que te caracteriza.
ResponderEliminarPoca visión de futuro tuvo el rey... se lo tuvo bien merecido ¡¡¡