Iba vacío
Ya no me sorprende nada.
El coche negro venía a gran velocidad, dispuesto a atropellarme.
La música, como la velocidad, se oía de lejos.
El conductor debía ser suicida o al menos temerario.
Pasó rozándome.
Entonces me di cuenta de que era de la funeraria. Yo creo que iba vacío.
Entonces me di cuenta de que era de la funeraria. Yo creo que iba vacío.
Corrígeme si me equivoco, pero todo hace pensar que ese coche trae el peor de los augurios, que si iba vacío era porque tenía una plaza para ser ocupada por tu protagonista como cliente, de cuerpo presente y en caja de pino, que el que está vacío, pero de vida, es él.
ResponderEliminarun abrazo Gil-José María. Recuerdos también a quien tú sabes
Amigo Angel, al margen de que estoy un poco en baja forma te diré que me he metido en una historia larga, ¿Novela? Ya veremos. el caso es que me tiene muy atado.
EliminarDe todas formas muchas gracias por tus palabras. Y te diré que os sigo en el wasa o en el guasa.
Un abrazo de los dos.
Vaya giro das a tu historia...Primero todo hace pensar en un juerguista que viene de una noche loca y de pronto, cambio de guión...Me gusta mucho esa sorpresa final. Como dice Ángel...¿va de vacío para que se llene su plaza libre o va como loco porque no pesa?
ResponderEliminarAurora, no lo sé, eso es cuestión del lector que le de un final acorde con sus desvaríos. Lo que si te puedo decir es que yo hacia autostop y me paró. En Galicia. No quise subir por si acaso. Un abrazo y gacias por tus palabras.
EliminarNos engañas hasta el final. Un beso.
ResponderEliminarA ti es muy difícil engañarte. Gracias por tus palabras.
Eliminarbuen verano. Un abrazo de los dos.
Muy imaginativo, José María. Interpreto que es el propio muerto, quien narra el momento desde el furgón.
ResponderEliminarOriginal y buen desarrollo del micro.
Un abrazo
A ti es muy difícil engañarte. Gracias por tus palabras.
Eliminarbuen verano. Un abrazo de los dos