La venganza
Se mofaban de él: "¡Gordo, feo!". Incluso sus padres lo despreciaban. Juanito se deprimió. Pedrito se hizo su pretendido amigo para aprovecharse. El niño se fió y lo pagó en oro. Papá y mamá lo abofetearon por tonto. Esa noche, abrió el gas. Salió. Ellos, defenestrados, entre sus sonoras carcajadas.
La infancia nos marca para bien o para mal. En el caso de este pequeño psicópata, la cruda venganza viene amparada por una autoestima castigada y despreciada por quienes deberían haberle infundido amor. Me recuerda tu relato ciertas noticias de la actualidad que nos erizan la piel.
ResponderEliminarUn abrazo, Iñaki.
Otro abrazo para tí, Manuel. Y...gracias por tu comentario.
ResponderEliminarTerrible historia de un niño no apreciado que puede desembocar en una verdadera tragedia.
ResponderEliminarLo has expuesto con imágenes muy visuales, que nos transportan al momento.
Suerte y un abrazo, Iñaki.