Lo que yo tenía por decir
Cada vez se veía más lejos de lo que quería plasmar. Trabajó de noche para rebuscar mejor en él. Con la mente blanca, un escalofrío le recorrió al caer en que no tenía nada que decir. Quedaba entender que tenía que mirar fuera antes de hacerlo sólo en sí mismo.
Javier, expresas aquí la pugna entre el mundo exterior y el interno del escritor. Una tensión permanente. Es probable que tu personaje sí tuviera algo interesante que decir, pero necesitaba la espoleta y el impulso de alguna o algunas vivencias en conexión con lo que le rodea. Sobre todo con las personas de su entorno. Eso creo.
ResponderEliminarTe agradezco la propuesta para la reflexión que nos haces este domingo con tu sustancioso cincuenta.
Un saludo!