Motivos de alegría
Tendrá que buscarlos porque la tristeza no le abandona por la orilla de los días. En los pasos perdidos se detiene a mirar alrededor y en la luna del escaparate se ve, se reconoce. Entonces amaga una sonrisa, da la vuelta a la esquina para seguir buscando esa alegría perdida.
Entiendo el fondo de tu micro y no deseo ser provocativo. Solamente ponerle aquí unas palabras (en tu honor, Carmen) a una revoltosa idea que me acaba de venir (¿moscardón?).
ResponderEliminarLa tristeza es una de las pocas emociones básicas, así que nos constituye y de algún modo nos define. Sirve de contrapunto a la alegría. Por poner un ejemplo de actualidad en este espacio, la de la mujer que siente el/los garbancito(s) de la vida que acaba de germinar en su vientre... Alegrón.
A veces, no siempre, si la tristeza es razonable, digerible, tomar conciencia de ese sentimiento puede conducir a saborear... la alegría (!) de saber que se es un ser especial: consciente, autorreflexivo, o sea, testigo privilegiado de lo más profundo que pasa en su mente.
Carmen, espero no haberme pasado algún pueblo que otro por no haber cribado esta idea sobrevenida con motivo de tu cincuenta. ¿Qué te parece si nos repartimos las "culpas"?
Un abrazo.
Como ha apuntado antes Carmelo (aunque él lo dice mucho mejor que yo), no es posible vivir en una fiesta de alegría permanente. Hay épocas y momentos en los que la tristeza aflora de forma inevitable. A veces son llevaderos y otros realmente lacerantes. Sentir tristeza sin dejarse hundir por ella, como hace tu protagonista, parece la postura más sensata y sabia. La alegría regresa siempre, antes o después, si se tiene la actitud correcta.
ResponderEliminarUn relato en el que, bajo una aparente melancolía, late el deseo de superarla y, en definitiva, la alegría por la vida. Seguro que al personaje le ha contagiado esa actitud positiva su autora.
Un abrazo, Carmen
Hola Carmen
ResponderEliminarMi relato y el tuyo este mes parecen estar muy cerquita el uno del otro. Coincido con mis compañeros que la tristeza cumple su función como emoción básica, que es esa de mirar hacia dentro y darse un tiempo de introspección pero no soy partidaria de recrearse mas de la cuenta en ella. Hay que buscar siempre rauda y veloz como bien mencionas en tu micro motivos de alegría A mi me ha gustado tu micro es sencillo y nos deja un buen mensaje .
Besos
Dicen que la melancolía es el placer de estar triste. A veces no queda otra que estarlo. Pero nada dura. Ni lo bueno , ni lo malo.Y como parte de un todo, hay que saber valorar esa tristeza para después poder disfrutar de la alegría.
ResponderEliminarTodo tiene dos caras. Muy buen micro.
Saludos
María Galerna
Esa tristeza honda que emana de tu protagonista inunda de forma poética y reflexiva el relato, resaltando el valor de lo perdido, la alegría, como el motor indispensable para vivir. El pulso del relato, su ritmo de lluvia lenta, su tristeza exquisita, me han calado por completo. Preciosa serenidad triste. Un abrazo, Carmen.
ResponderEliminarReivindicación de la alegría desde la ausencia de alegría. ¡Estupendo!
ResponderEliminarFelicitaciones y suerte
Saludos
Muy poético y triste. Un beso.
ResponderEliminarA la tristeza hay que dejarla reposar. Desde este sentimiento se han creado grandes obras, pero es natural querer abandonarla en cualquier esquina para reconciliarse con la vida.
ResponderEliminarPrecioso relato, tocaya. Besos.
En ese amago de sonrisa puede estar la clave de la esperanza, pero también en ese buscar todavía motivos para alegrarse a pesar de la carga de tristeza con la que camina.
ResponderEliminarMe gusta mucho este relato, maduro, sereno y equilibrado, en que ya el título anticipa cierto optimismo dentro de una situación triste.
Enhorabuena y un abrazo, Carmen.