Ruptura inconveniente
Juan salió con lo puesto. Había perdido algo importante: Amanda le había robado el alma y ahora su cuerpo era un figurín sin conciencia, sin moral y sin rostro, una fría percha de madera que sostenía su traje de ejecutivo prepotente y artero. Nunca pudo volver atrás. Dejó de ser.
Buen estreno, Lu. Bienvenida.
ResponderEliminarGracias, Aurora!
EliminarLa ruptura es cosa de dos, pero siempre hay uno que pierde más, o le supone mayor tiempo asimilarlo. Juan, en apariencia. sigue siendo el mismo por fuera, pero como bien describes, está vacío por dentro. Esa separación por falta de concordia, al menos a corto plazo, no ha sido buena para él, queda claro en el título Cuando se pone todo el corazón y las ilusiones y surge un encontronazo no es fácil de asimilar, algo que refleja bien tu personaje.
ResponderEliminarVeo que te dan la bienvenida por aquí, así que me uno y yo también lo hago.
Un saludo, Lu
Gracias, Ángel. Sí es la primera vez que publico aquí y espero que no sea la última. Es difícil el reto de las 50 palabras.
EliminarLeer tu comentario me da otra perspectiva de lo que yo creía haber escrito. Me encanta!
Bienvenida Lu. Has comenzado muy bien. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Maite.¡ Besos!
EliminarEn primer lugar, bienvenida a esta familia cincuentista, Lu. Es un placer leerte por aquí también.
ResponderEliminarTu protagonista ha quedado seriamente mermado tras su ruptura de pareja. Al abandonarla, solo se sustenta en lo externo -el traje, la percha y la prepotencia-; su interior -el alma, la conciencia y la identidad- estaba con ella y nunca lo podrá recuperar.
Qué buen estreno. Felicidades y besos.
Muchas gracias, Carmen. Tengo mucho que aprender del microcuento ¡Un abrazo!
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