Sólo te queda lo que das
Lo aprendí bien de mis padres: poner todo mi ser en cada pequeña acción cotidiana. La receta funciona, cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.
Aún hoy, a pesar de mis sombras, intento ser luz titilante en la oscuridad.
Por alguna razón los hombres grises no lo entienden.
Aún hoy, a pesar de mis sombras, intento ser luz titilante en la oscuridad.
Por alguna razón los hombres grises no lo entienden.
Obrar con intensidad y buena intención, intentar poner lo mejor de cada uno en todo lo que se hace, tiene que dar un buen resultado. Se haga lo que se haga, siempre habrá alguien que no lo comprenda. Mejor los colores vivos que un triste gris.
ResponderEliminarUn relato que es una filosofía de vida.
Un saludo
No se puede estar más de acuerdo, con los dos. Besos y abrazos
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