Ulises
Paseando por la gran ciudad, un hombre cayó desmayado en la acera. Los viandantes que lo presenciaron llamaron prestos:
—¡Un médico, rápido!
La ambulancia se acercaba a toda velocidad. Al oír la sirena despertó encandilado por su canto y supo que no necesitaba un doctor sino una cita con ella.
—¡Un médico, rápido!
La ambulancia se acercaba a toda velocidad. Al oír la sirena despertó encandilado por su canto y supo que no necesitaba un doctor sino una cita con ella.
No todos los cantos de sirena conducen a la perdición. A este moderno Ulises, urbanita y de secano, le han revivido, al tiempo de mostrarle su verdadero camino. Aunque, quién sabe si, cuando se entere de que solo es un sonido producido por un artilugio mecánico, sin alma, la decepción no le hará caer en una tristeza profunda.
ResponderEliminarUn relato sólido y original, que saca buen partido de una palabra con más de un significado.
Un abrazo, Carme
Quien sabe, Ángel, si encima de la ambulancia no iba una señora con cola de pez de bello canto, jeje. Aquí el paso de una sirena a otra, y de qué es ficción o realidad, lo realizáis los lectores a vuestro gusto.
EliminarUn beso.
Carme, cómo me alegra ver este tipo de relatos en los que la maestría de tus letras, van acompañadas de una originalísima propuesta. Lo he leído un montón de veces y, simplemente, me encanta.
ResponderEliminar¡Enhorabuena y lo apunto desde ya en mi quiniela de finalistas!
Un beso.
Pablo
Celebro que te guste y lo encuentres original
Eliminar(lo de finalistas mejor no decir nada, que hay muuuy buenos relatos por aquí) - quedo contenta con comentarios como los vuestros ;-)
Un beso viajero hasta Sevilla.
Este moderno Ulises se confunde de sirena. O no. En todo caso, siempre es mucho más tentadora una cita amorosa que una médica. Dónde va a parar.
ResponderEliminarUn micro fresco y original, Carme. Besets.
No hay comparación! Siempre es preferible una cita con una sirena, y si es a la orilla del mar, mejor que mejor.
EliminarGracias tocaya, te dejo un beso fresquito con espuma de las olas.
M Carme, original y chispeante con ese punto de locura surrealista que le presta la irrealidad a la realidad común para hacerla soportable. De un accidente, nos pones en solfa de una historia de amor acústica. Genial. Un abrazo.
ResponderEliminarQué bonito lo nombras: "una historia de amor acústica", ya veo al protagonista y a la sirena sonriendo al leerte.
EliminarUn poco de locura siempre va bien. Realidad, irrealidad, a veces la frontera es difusa, porque hay cada noticia que...
En fin, encantada de que te guste el relato.
Un beso Manuel.
El pasaje de Ulises y las sirenas llevado a los mares de asfalto y cemento con verdadera maestría. Como a Ulises la sirena, me ha encandilado tu relato, M. Carme, y volveré a citarme con él para releerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los mares de asfalto también pueden ahogar. Pero aquí ha llegado una sirena al rescate.
EliminarContenta quedo si te ha gustado, Antonio.
Un beso con cola de pez.
Precioso pasaje. Un beso.
ResponderEliminarGracias Maite por tu comentario, me alegro de que te guste :-)
EliminarUn beso de vuelta.
Qué tendrán los cantos de las sirenas que tanto encandilan... a Ulises, porque lo que es a otros nos desquician. ;-) Una versión singular y deshidratada del mito griego. Me ha gustado mucho, M.Carme, felicidades. Un beso grande.
ResponderEliminarQué bueno esto de "versión deshidratada" :-D
EliminarContenta de que te guste Matri.
Aquí dejo otro beso.
Magnífico relato. Me ha gustado mucho porque el final era el principio desde que lo pensaste y se nota. Te vino solo, seguro. Suerte y un fuerte abrazo para ti Carme.
ResponderEliminarSí, es de esas ideas que te vienen a la cabeza y tienes que escribir, jeje.
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo Cristina.
Precioso y metafórico relatito M. Carme, me ha gustado la forma metafórica con la que enlazas al Ulises del mundo moderno con el mítico Ulises, atrapado por el canto de las sirenas. El micro funciona muy bien. Abrazos.
ResponderEliminarBueno, quizá todos nos dejamos atrapar por algunos "cantos", aunque sean de distintas "sirenas".
EliminarUna vez jugamos a dar sentido al texto aceptando la realidad de la sirena-ella, ya estamos dentro de la historia (y hasta le querríamos tocar la cola! :-)
Un abrazo, tocaya.
Alguien debería de advertir al Ulises del siglo XXI que has creado sobre los peligros de esos flechazos. Lo que ahora llaman los modernos "Crush" y normalmente no dejan de ser otra cosa ... sino cantos de sirena .
ResponderEliminarUn abrazo Carme
Pues sí, en ese caso es un crush-sirenil en toda regla!
EliminarBuena observación Raquel.
Un beso!
Qué buen giro, le deseo suerte a tu Ulises en su cita con una sirena tan especial.
ResponderEliminarUn abrazo
A ver si tiene suerte y la sirena accede a quedar con él una tarde (por algo se empieza).
EliminarGracias por pasarte a comentar.
Un abrazo!