Y murió por amor
Solo un beso hizo falta para insuflar vida a la marmórea dama, el mismo que hirió de muerte al franco profanador de su dulce descanso a manos de un pétreo mandoble del noble castellano.
Cayó de bruces, silencio sepulcral. Sus compatriotas al contemplarlo huyeron como ánima que lleva el diablo.
Cayó de bruces, silencio sepulcral. Sus compatriotas al contemplarlo huyeron como ánima que lleva el diablo.
La magia de un beso dio vida a una estatua. Hasta ahí, todo es idílico, el problema es que esa misma magia también despertó al marido de la dama, muy noble y castellano, pero también celoso y brutal. Practicar eso que llaman un beso robado tiene sus riesgos.
ResponderEliminarUn saludo
Precioso homenaje a una de mis leyendas preferidas de Bécquer. Me encantó que con esa brevedad, se cuente tanto.
ResponderEliminarUn saludo.
M"
Debo reconocer que disfrutaba de la belleza de tu texto pero no lo relacionaba con una leyenda de Bécquer (gracias, lunanengra), aunque las he leído, pero hace demasiado tiempo; a ver si influido por la lectura de tu relato me animo a "revisitarlas". Claro, y así cobra más sentido esa anima que se lleva el diablo. Me encantan este tipo de homenajes literarios. Enhorabuena. saludos y suerte, Beatrice.
ResponderEliminarGracias también a la explicación lunanegra, he podido apreciar tu magnífico relato. Felicidades, Beatrice.
ResponderEliminarUn saludo
Qué preciosa recreación de la leyenda becqueriana. El beso le devuelve la vida a la dama de mármol. Tu versión es más romántica que la original. Aquí hay un enamoramiento real; alli, deseo, provocación y jactancia ante los compatriotas borrachos. Pero el castigo es el mismo.
ResponderEliminarMe ha encantado, Beatrice. Besos.
Son unas cincuenta muy fanfiction. Estupendo el guiño que en el segundo párrafo lleva la acción, planteando un giro en la leyenda, a ese monte soriano de las ánimas (o camposanto cualquiera) desubicándola de la iglesia donde transcurre el original. Esa inflexión parece que le da la coherencia pretendida ¡Bien jugado!. Un saludo Beatrice.
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