Ansiadas vacaciones
Había sido un duro año de trabajo. Fueron días de diez y doce horas de dedicación, incluso fines de semana. Pero al fin encontró sus quince días libres y se dispuso a disfrutar de ellos. Tuvo un mal presagio cuando comprobó su fiebre. Pasó los quince días en la cama.
Lo bueno es que al final sanó, Javi, sanó. Buen relato, te hace disfrutar con las ganas de gozar del protagonista y al final te sorprende que todo se fustre.Pena. ¿No te habrá pasado a ti?
ResponderEliminarPues sí, Juan. Bien sabes que la propia vida es fuente inagotable de relatos. Y, efectivamente, sané y pude disfrutar.
EliminarUn abrazo