La vida en un hilo
Por un momento pensé que tenía vida.
Los aplausos, las risas y las lágrimas. La gente pasa y me mira con alegría, se queda a mi lado mirando fijamente todo el acto.
Todo termina y comienza cuando los hilos los deja de mover el titiritero.
La vida es un sueño.
Los aplausos, las risas y las lágrimas. La gente pasa y me mira con alegría, se queda a mi lado mirando fijamente todo el acto.
Todo termina y comienza cuando los hilos los deja de mover el titiritero.
La vida es un sueño.
Muy buen relato Ricardo, me ha gustado mucho. Igual somos también simples muñecos movidos por un titiritero y nuestra vida también es un sueño...
ResponderEliminarEnhorabuena por esas 50 palabras.
Un saludo.
Gracias por tu comentario.
ResponderEliminar¿Sueñan los títeres? Tal vez seamos nosotros los que caemos dormidos cuando ellos se pliegan sobre sus cuerdas.
ResponderEliminarPrecioso micro, Ricardo.
Muchas gracias. Mayor el agradecimiento porqué proviene de una creadora de fantasías y sueños.
EliminarLa penúltima frase podría ser aplicable a toda existencia, a ese creernos dueños de un destino, cuando solo estamos de paso, en manos de no se sabe quién o qué, con fecha de caducidad, viviendo una obra de la que solo habrá una representación.
ResponderEliminarHermoso relato, con hondo contenido.
Un saludo. Ricardo
Muchas gracias. En este teatro de cincuenta palabras que tiene grandes representaciones.
EliminarTodos somos muñecos, movidos por hilos invisible que nos da vida hasta que el cordón se rompe.
ResponderEliminarMe gusta como lo has expuesto.
Saludos
Gracias por hilar mis palabras y dar una conexión en tu lectura.
EliminarOriginal, interesante y buen micro. Los ecos de Neville (en el título) y de Calderón (en el texto) sencillamente estupendos a mi juicio.
ResponderEliminarCordial saludo
Gracias por tu lectura y tus palabras.
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