Madre esperanza
Mientras otros niños del sempiterno campamento juegan a la guerra con proyectiles de lodo, los ojos de Nasim migran incansables de mujer en mujer. Sus oídos escudriñan el griterío; tal vez en ese mar de voces logre escuchar la que anhela, y que ya no recuerda, llamándolo por su nombre.
Parece natural que los niños jueguen a la guerra, en un acercamiento inconsciente a los adultos. También es lógico que un niño que procede de ese infierno, en el que ha perdido a quien más quería, tenga otras cosas en la cabeza, un trauma que le marcará siempre, por mucho que, aún, mantenga la esperanza.
ResponderEliminarTendemos a quejarnos de cosas nimias de nuestras existencias, cuando hay dramas terribles, difíciles de sobrellevar.
Un abrazo de verano, Juana
Juana Mª, el título de tu micro abre una pregunta. Si acaso lo que de adultos denominamos esperanza, esa emoción vital para seguir viviendo, del calibre del aire, nace de tener, de haber tenido, una madre. Un ser muy especial que te ame y te haya amado como sólo las madres saben hacerlo con sus hijos. Sin duda Nasim añora a su madre, añora su voz, con verdadero desgarro interior.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola Juana: hermoso, conmovedor, poético. Tiene gran intensidad y lograste reunir en tal solo 50 palabras el dolor y la angustia de los niños que viven guerras. Me pareció muy bien logrado. Te felicito! Sylvia
ResponderEliminarUna historia muy dura para un titulo tierno y prometedor.
ResponderEliminarParadójica como la vida misma.
Suerte, Juana.
Un besito virtual
Precioso pero crudo relato sobre los efectos de la guerra y sobre los anhelos del cariño perdido. Un abrazo, Juana, y feliz verano.
ResponderEliminarMe descubro una vez más ante tu excelente prosa, Juana. En este caso no solo has logrado magistralmente situarnos en el contexto, sino que nos has metido además en el alma desamparada y anhelante de ese pobre niño. Magnífico el título también.
ResponderEliminarUna pequeña obra maestra.
Enhorabuena y un abrazo.
Nos traes un rayo de esperanza con esa voz que esperamos oir todos, en medio del griterío.
ResponderEliminarUn beso Juana.
Carme.
Mil gracias por vuestras generosas palabras. Feliz verano y un abrazo.
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