Madres
Escuché unos chasquidos entre los matorrales. ¿Pisadas? Agarré a mi madre y tiré de ella. Me miró con gesto de reproche mientras sacudía sus brazos. "Habla claro y no te andes por las ramas. He de despiojarte". "¡Un cazador!". Se escuchó un disparo. Mientras caía abatida insistía: "Tú, siempre escaqueándote".
Bienvenida, Marisa a este formato de 50 palabras. Nos cuentas con fina ironía la historia universal del comportamiento de las madres, sean de la especie que sean... lo suyo es sufrir hasta el final. Abrazos.
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