Mambrú
Aguarda, cada tarde, su regreso. Se lo arrebataron, hace demasiados años, junto a los otros chicos del pueblo. Ahonda en su amargura murmurando cansinamente la tonada que otrora habían compartido.
El viento, silbando sobre las ruinas de la aldea, le devuelve su canción. Mientras, sus ojos, al fin, se cierran.
El viento, silbando sobre las ruinas de la aldea, le devuelve su canción. Mientras, sus ojos, al fin, se cierran.
La guerra es insaciable, no hace distinciones, pero se alimenta, sobre todo, de gente joven. Una canción infantil que todos hemos tarareado sin pensar mucho en el contenido, puede basarse en una leyenda que, como todas, tiene su parte de verdad, en este caso, trágica, con una musiquilla pegadiza que no deja de sonar en la cabeza de esa madre o ese padre.
ResponderEliminarTomar como materia prima la cultura popular para crear una historia es una buena opción, a la vista está.
Un abrazo, Jesús
Jesús, sabes que me encanta como escribes, pero en la lectura en voz alta de tu micro de este mes he sentido, por un lado, admiración, y, por otro, una punzada en mi interior. De una manera bella has mostrado la guerra, rememorada a través de una canción clásica, en cuyo trágico significado, como dice el Maestro Ángel, no hemos reparado las generaciones que ha hemos tarareado. ¡Enhorabuena! Besos.
ResponderEliminarHola, Jesús.
ResponderEliminarLa archiconocida cancioncilla nos trae el atroz tema de la guerra y de la ausencia para malservirla con los más fuertes de cada lugar, los jóvenes. Cuando la espera es tan larga, llega a morirse quien espera, aunque con la dulce tonada metida en su cabeza y en el silbido del viento.
Me ha gustado tu propuesta. Mucho.
Un abrazo bien grande, amigo, vía A Coruña.
Estoy de acuerdo con todo lo dicho por los "compis", lo firmo y lo rubrico. Yo añado: La Guerra es un espanto que aniquila, arruina a quien la padece y enriquece a quienes la promueven, o sea un negocio rentable.
ResponderEliminarSaludos cordiales, tocayo.
Sin palabras. Tan real como triste... y a la vez tan hermoso cómo lo cuentas. Mambrú se fue a la guerra y su canción lo ha mantenido vivo desde entonces. Ahora tú abres una nueva perspectiva y nos emocionas con ella. ¡Enhorabuena, Jesús! Abrazo.
ResponderEliminarToda la vida añorando su regreso. Una guerra que, sumada a otras muchas, hace que banalicemos y convivamos con su espíritu de muerte. Muy bueno, Jesús. Enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarEl que se va a la guerra, como dice la canción, cuando muere, muere una vez. El que se queda,mientras espera, muere un poco cada día.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Un saludo, Jesús.
Os agradezco mucho, Ángel, María José, Eduardo, María Jesús, Loli, Salvador y María vuestra lectura y más que amables palabras. Besos.
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