Obsesión
Lo único que pude rescatar tras tu partida fueron mil cartas sin abrir, tu ropa interior recién usada, la clave de tu cuenta, el perfume de tus axilas, tu diario personal y tu encantadora sonrisa, que me saluda cada mañana, cada vez más deshecha, desde el fondo de mi maleta.
Lo que parece el dolor que trata de digerir una persona ante la pérdida de aquella a quien amaba, revela al final la verdadera naturaleza de un asesino, ladrón y fetichista, que se deja llevar por esa palabra que lo envenena y da título al relato, que no puede dejar a nadie indiferente.
ResponderEliminarUn abrazo, Daniel
Cómo manejas al lector haciéndole creer que hablas de una mujer que se ha ido y das un giro inesperado hacia el asesino final. Buena historia negra.
ResponderEliminarUna historia rosa, que se vuelve negra, por obra y gracia de un escritor inteligente.
ResponderEliminarEnhorabuena, Daniel.
Saludos cordiales.