Silencios
El abuelo se mantuvo callado. La abuela me explicó que mamá se había ido y no volvería. Yo le dije que ella no quería irse porque gritó mucho. No respondió. Le conté que papá tenía sangre en las manos. Siguió muda. Mi hermana tampoco quería irse. Por ella no pregunté.
Josep María, me estremece la contenida conmoción encerrada en tu relato. Se aprietan las palabras al ritmo que encogen el corazón. Saludos.
ResponderEliminarAcabo de llegar a "Cincuenta palabras", Manuel. Muchas gracias por tu comentario. Pensé que los silencios debían ocupar el espacio más importante de esta historia, con la idea de potenciar la participación del lector. Espero que nos podamos seguir leyendo en el futuro.
EliminarViolencia de genero pura y dura, bien contada a través de una voz infantil.
ResponderEliminarSuerte y saludos, Josep María
Soy nuevo en “Cincuenta palabras”, María Jesús. Muchas gracias por tu comentario. A veces utilizar una voz infantil me facilita potenciar la transparencia. Espero que nos podamos seguir leyendo en el futuro.
EliminarUn saludo.
Uf!...duro micro.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Un saludo, Josep Maria
Estoy empezando en “Cincuenta palabras”, María. Muchas gracias por tu comentario. Quería transmitir desde los silencios algo que me agrede y me es imposible entender. Espero que nos podamos seguir leyendo en el futuro.
EliminarUn saludo.
Qué certero, Josep Mª, el título de tu micro.
ResponderEliminarCuando el silencio atenazante del niño/a protagonista se traslada tan bien al propio (relevante) relato. Tanto que este comentario, al menos el mío, bien podría haber sido sustituido por otro obligado silencio. Terrible.
Un cordial saludo.
Es mi primer relato en “Cincuenta palabras”, Carmelo. Muchas gracias por tu comentario. Es cierto que quería transmitir significados más a través de los silencios que con el texto explícito. Espero que nos podamos seguir leyendo en el futuro.
EliminarUn saludo.
Un micro realmente impactante por lo que cuenta y cómo lo cuenta; impactante hasta en los "silencios".
ResponderEliminarENHORABUENA, Josep María!!!!!!!
Saludos
No conocía “Cincuenta palabras” y es mi primera experiencia, Dakkotta. Muchas gracias por tu comentario. Me sigue impactando el continuo goteo de noticias sobre violencia de género. Escribir sobre ello es una manera de expresar lo que siento. Espero que nos podamos seguir leyendo en el futuro.
EliminarUn saludo.
La sinceridad que no conoce barreras, unida a la sabia inocencia natural de un niño, reciben respuestas cortantes que tratan de ser evasivas, al tiempo que elocuentes silencios, que sin duda hacen bajar los ojos a los adultos y les revuelven el interior.
ResponderEliminarLa sinrazón es muy difícil de comprender, tanto más de explicar con palabras sencillas. Una familia que trata de volver a vivir tras una tragedia necesita tiempo para recomponerse, algunos, también distancia.
Un relato intenso, que deja a las claras que hay preguntas que no tienen respuesta, que existe una realidad demasiado frecuente.
Un saludo, Josep María
Hace muy poco que conozco “Cincuenta palabras” y este es mi primer microrrelato, Ángel. Muchas gracias por tu comentario. Pienso que la reacción ante la pérdida afectiva y la sinrazón puede provocar conductas (activas o pasivas) llenas de significados. Estos significados implícitos pueden ser un mejor reflejo de lo que está ocurriendo que cualquier explicación verbal. Espero que nos podamos seguir leyendo en el futuro.
EliminarUn saludo.
Magnífico, sí señor.
ResponderEliminarAplauso entusiasta a tus 50!!!!!!
Como debutante en “Cincuenta palabras”, agradezco mucho tu comentario, Gladis. Me anima a seguir participando. Espero que nos podamos seguir leyendo en el futuro.
EliminarUn saludo.