Anuncio por palabras
Como cada mañana se dirige al kiosco para comprobar que han vuelto a publicarlo:
Amargado busca recuperar sonrisa. Se aceptan consejos bienintencionados, palmadas en hombro y muestras de afecto de todo tipo. Gratificación a convenir vinculada a eventuales mejoras. Contacto: Taberna La penúltima. Mesa en penumbra. Rincón de la izquierda.
Amargado busca recuperar sonrisa. Se aceptan consejos bienintencionados, palmadas en hombro y muestras de afecto de todo tipo. Gratificación a convenir vinculada a eventuales mejoras. Contacto: Taberna La penúltima. Mesa en penumbra. Rincón de la izquierda.
Jero: ¡Sublime!
ResponderEliminarMe ha encantado. Me parece una genialidad.
Saludos.
Pablo
Muchas gracias Pablo! Siempre tan amable. Un pequeño juego. Utilizar un instrumento cotidiano para contar una pequeña historia. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarMuy bueno Jerónimo. Por lo menos tu prota no pierde la esperanza y pide ayuda.
ResponderEliminarUn saludo
Graciaa Raquel! DESDE luego hay que pedir ayuda como sea cuando se necesita. Un abrazo!
EliminarHola, Jero. Texto él tuyo de los que hacen reflexionar. A mí, entre otras cosas, me hace pensar en la soledad que puede llegar a sufrirse en un lugar donde se supone que va uno (eso es lo malo, en la mayoría de ocasiones) con la intención de evadirse y a "pasarlo bien", cosa que también daría para pensar: ¿es obligatorio acudir a un establecimiento hostelero o beber para conseguir relacionarse?, aunque el nombre de la taberna también se las trae... y no digamos esa penumbra. Otra cosa que me viene a la mente es el asunto de los anuncios por palabras. Yo nunca les he hecho el menor caso (no por nada especial), pero si que recuerdo novelas o películas (y supongo que en la vida real también) donde estas notas eran parte importante de una historia. Se me ha ocurrido mirarlos en los periódicos que tengo por casa: en la Voz de Galicia ocupan menos de una página, primando las "ciencias ocultas" y el "relax". Por extensión, me da que los periódicos cada vez se leen menos en papel y creo además que algunos, por desgracia, no buscan en ellos la información como tal, sino el que "su medio" "ratifique" su opinión previamente formada. Y puede precisamente que los bares acaben siendo el reducto donde algunos solitarios románticos puedan leer en el periódico esos anuncios en los que puede que encuentren aquello que buscan. Me parece que me dispersado un poco. Buen relato. Saludos y suerte.
ResponderEliminarHola Jesús Muchas gracias por tu comentario tan elaborado y atento. En realidad más que un lugar de diversión .
ResponderEliminarpretendía dibujar el espacio reducido en el que se ha arrinconado el protagonista, lanzando un mensaje casi de naufragó desde una isla casi desierta.
Es una alegría ver todo lo que tw ha sugerido.
Un abrazo
Escapar de la oscura soledad aunque sea pagando una remuneración; eso sí, asociada a la productividad del amparo, ja, ja, ja. Genial, Jerónimo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Salvador! En estos tiempos hasta el amparo se va a cuantificar Esperemos que no. Un abrazo cualitativamente enorme!
Eliminar¡Muy bueno, Jero!
ResponderEliminarCoincido con Raquel en que como mínimo tiene energía para publicar el anuncio, con lo que la esperanza sigue ahí, agazapada.
Un par de consejos para tu protagonista: en el siguiente anuncio, que cambie la palabra "Amargado" por otra un poco menos negativa, y que se siente en una mesa que no esté tan arrincanada con algo más de luz. Así ya mejora seguro.
Un abrazo veraniego.
Carme.
Gracias Carme! Seguro que si te hace caso cambia los anuncios por buenas noticias. Un fuerte abrazo y feliz verano
EliminarUna manera muy ingeniosa de mostrarnos a un perdedor. Buen micro.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Beto . EN EL propio texto del anuncio se lo dice todo él mismo. A ver si sale de esas letras y de esa penumbra. Un fuerte abrazo
EliminarEste relato arrasa por su originalidad y al tiempo por sus miserias cotidianas e busca de amor.
ResponderEliminarEmocionante.
Saludos.
Qué bueno ! Gracias por tu comentario! Como decía antes un pequeño juego que utiliza un instrumento de comunicación publicitario para contar una pequeña y triste historia con puerta abierta a la esperanza. Un gran abrazo.
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