Cumpleaños
Sonreía mientras acariciaba su regalo de cumpleaños: un moderno celular. Tocó la pantalla, lo sacudió. Nada. Se borró su sonrisa. Se sintió en una cueva, con el cabello y la barba creciéndole lentamente. Lanzó el celular y voló en mil pedazos. Entre los escombros, intacto, vio el manual de usuario.
Ja, ja, ja...la impaciencia...
ResponderEliminarMe estoy imaginando a un Robinson, ávido de comunicar al mundo, que le dejasen en paz en su aislamiento y desechó el aparato que ponía en peligro su tranquilidad y su sueño.
ResponderEliminarSuerte y un saludo, Giancarlo