El último viaje de León
Dijeron que había enloquecido porque, al final de su vida, se fue a vivir cerca de la estación. No encontró mejor refugio para estar consigo mismo y aquellos días fueron los mejores. Lo encontraron meciéndose en un sueño final, sonriente y expectante, sereno ante la llegada de su último tren.
Hola, María José. Nos dejas una historia con un trasfondo triste pero consigues que nosotros la apreciemos con cariño "esperanzador" siendo testigos de como alguien consigue irse como ha querido y sin grandes sufrimientos aparentes, al menos, para él; para los que quedan, la cosa puede que cambie. Aunque no sé si es el caso, pero da la impresión de que hubieras "conocido" a ese León, al que en un principio vi como uno de esos perros (quizás por ese nombre, león) que no abandonan a sus amos ni en la muerte, velando, incansables, su memoria . Buen relato. Saludos y suerte.
ResponderEliminarAcertado juego de "trenes", que hace del relato una estupenda metáfora.
ResponderEliminarNo todos encuentran la paz en la última estación.
Suerte y un besito virtual, María José